Marchan contra la violencia

El temor de las mujeres inmigrantes por la violencia que sufren a manos de sus parejas o por la persecución de agencias de gobierno movió a Hilda Gómez a llegar ayer hasta Hato Rey, donde se unió a más de un centenar de personas que marcharon en contra de la violencia machista.En el caso de Rebeca Rosa, el impacto de los recortes que enfrenta la Universidad de Puerto Rico (UPR) sobre los estudiantes, en su mayoría mujeres, la llevó a unirse a la manifestación realizada en el marco de Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer."Somos estudiantes que estamos cansadas de no tener vivienda digna dentro de la universidad. Que estamos cansadas de tener que cargar con los recortes del país. Estamos cansadas de no estar seguras en las calles. Por eso es que nosotras politizamos todo esto a través del plato, de la comida", indicó Rosa, integrante del movimiento Comedor Social Universitario.La manifestación inició frente a las oficinas de la Junta de Supervisión Fiscal, en plena Milla de Oro en Hato Rey. Allí, las manifestantes elevaron sus reclamos en contra de la violencia machista y exigieron con urgencia el decreto de un estado de emergencia ante el alza en la violencia de género en Puerto Rico.Además, las mujeres y hombres presentes también alzaron su voz para reclamar que se integre la educación con perspectiva de género en los currículos escolares del país.Gómez, inmigrante de la República Dominicana que lleva 40 años viviendo en Puerto Rico, señaló que la presencia de mujeres inmigrantes en las marchas es mínima debido a que es un grupo marginado y "con poca...

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