EL MARIEL se suma a la competencia

ROBERTO ORRO

ECONOMISTA

La bahía del Mariel, situada aproximadamente a 30 millas al oeste de la capital cubana, tiene 15 de metros de profundidad, cualidad que le permitirá recibir los buques Post-Panamax, verdaderas islas de acero, con calado de entre 13 y 15 metros y capaces de transportar más de 12,000 contenedores. El tránsito por el Canal de Panamá les está aún vedado a estos mega-buques, pero con la ampliación del Canal, programada para completarse en el 2015, la situación cambiará diametralmente.

Con la entrada de operaciones del Mariel, se inicia la transición de la bahía de la Habana hacia un puerto comercial-turístico. El puerto de la Habana ha quedado reducido a un conjunto de obsoletos almacenes y anticuadas grúas, asfixiado por las limitaciones de espacio que la urbe capitalina le impone. Tiene apenas capacidad para 350,000 contenedores de 20 pies (TEU) anuales, mientras que el Mariel despegará con una capacidad de un millón, pero con un gran "patio", que le deja margen para sustanciales ampliaciones.

Más que una moderna infraestructura portuaria, el Mariel es el pivote de un gran proyecto de desarrollo económico bautizado como Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). La idea es desarrollar alrededor del Puerto una zona franca para la generación de productos exportables y de alta tecnología. Los concesionarios y usuarios de la Zona disfrutarán de regímenes especiales en las áreas de aduana, impuestos, seguros y transacciones bancarias entre otras.

El Mariel ofrece algunas lecciones para Puerto Rico, donde desafortunadamente hoy somos testigos del curso nada venturoso del Puerto de Ponce. El proyecto del Mariel se concibió y cristalizó bajo la atención prioritaria de la máxima dirección cubana. Los gobiernos regionales han tenido su espacio en la organización y ejecución de las obras, mas no en las decisiones estratégicas vinculadas al nuevo puerto. Los proyectos de tanto calibre deben manejarse centralmente.

El proyecto del Mariel es fruto de la buena planificación y de la exitosa asociación con poderosos actores internacionales. El gobierno brasileño aportó $640 millones de los $900 millones requeridos para la fase de inversión. La multinacional brasileña Odebrecht, coloso mundial en las esferas de ingeniería, construcción y petroquímica, tuvo a su cargo la dirección y supervisión de la construcción, en asociación con la...

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