Caño Martín Peña: un proyecto de país

LUIS ALBERTO FERRÉ RANGEL

DIRECTOR DE EL NUEVO DÍA

El Proyecto del Caño Martín Peña (compuesto por la corporación pública Enlace, las comunidades del G8 y el Fideicomiso de la Tierra) es, en realidad, un proyecto de país, de ese país que anhelamos. Y es significativo que esta obra social, una de las de mayor envergadura en nuestra historia reciente, haya sido implantada precisamente en una de las zonas de mayor precariedad, que contrasta con su opulento entorno metropolitano.

Fue en el corazón de este sector -que nos muestra el rostro mismo, vivo, crudo y lastimado del subdesarrollo nuestro- donde se ha cuajado una iniciativa de apoderamiento y participación ciudadana que ha captado la atención de muchas y renombradas entidades y figuras del exterior, como la del mismo presidente estadounidense Barack Obama, que incluyó el dragado del caño en su propuesta de presupuesto para el 2012.

Resulta irónico, doloroso, pero sobre todo intolerable, que este preciado esfuerzo sea objeto del sabotaje de quienes están llamados a protegerlo, a fortalecerlo y, más aún, a adoptarlo como un modelo que replicar en el país entero. En lugar de defenderlo, la Legislatura y la Administración actual promulgaron una ley que devolvió la titularidad de los terrenos a los gobiernos central y municipal y que, por tanto, amenaza la integridad de la comunidad. El Fideicomiso de la Tierra reclamó la inconstitucionalidad del estatuto ante el tribunal federal, pero el Circuito de Apelaciones de Boston desestimó la demanda.

Y es que el proyecto de rehabilitación y desarrollo del Caño Martín Peña no es sólo un proyecto de infraestructura necesario para el impulso económico de la zona metropolitana. Este proyecto es mucho más. Es un proyecto de desarrollo integral inmenso, con el poder de transformar, sobre todo, el ecosistema social que se extiende más allá de los ya casi indefinidos márgenes del cuerpo de agua.

El gran valor de este proyecto es su capital humano: un contingente de hombres y mujeres decididos a proteger su derecho a participar de las decisiones sobre la tierra, sobre su futuro y a mostrarnos una lección de ciudadanía pocas veces vista en esta Isla.

El mundo cambió y exige solidaridad. Mediante ese...

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