Matrimonio da batalla para obtener ayuda

NARANJITO.- A Nicodemus Cuevas Matos, un veterano de guerra, le ha tocado enfrentar una dura prueba a sus 80 años. Cuando ya casi había cumplido con sus misiones en la vida, el huracán María le complicó los días, devolviéndolo a un campo de batalla en el que tiene que pelear con todas sus fuerzas para lograr la ayuda federal que le permita reconstruir su residencia, que fue destruida por el ciclón.Desde el 20 de septiembre pasado, Cuevas Matos y su esposa Anélida Díaz Sánchez, de 79 años, viven refugiados en un pequeño cuarto en la primera planta de lo que quedó de su casa de madera, en el barrio Anones, sector La Sierra, en Naranjito."La casita mía se fue completa y solo nos quedó el baño. Pasamos el huracán en este cuartito que había construido abajo en la casa y vi cuando cayó completa (la casa). Desde ese día, vivimos en este cuartito que tiene baño, pero no tenemos fregadero, nos mojamos y todo tiene hongo. Me siento bastante agotado, pero yo soy veterano, y aprendí a sobrevivir. Pero mi esposa no, y esa es la que está desesperada", relató el octogenario.En su batalla por recuperar lo que el destino y la naturaleza les arrebató, Cuevas Matos solicitó ayuda de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Tras demoras y múltiples procesos, recibió un pago de $2,800, dinero con el que la agencia pretendía que la pareja de adultos mayores alquilara una vivienda y reparara la que fue destrozada por el ciclón."En ese momento, pensé que ese dinero no me iba a dar ni para poner la luz porque aquí se fue todo el sistema, pero siempre tuve esperanza. Nunca la perdí. Entonces, apelé la decisión y ese proceso fue peor porque me pidieron tantos papeles, eso era ‘trae este papel, trae este otro, vamos a esperar’. Lo último que me dijeron fue que no se habían podido comunicar con el contratista que me había hecho el estimado de la casa. Entonces, fui yo mismo donde el contratista, y le dije lo que pasaba, y ambos llamamos allá (a FEMA). Después, me dijeron que no tenía escritura de la casa y, es cierto, no la tengo porque aquí las casas son de familia...

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