MATRIMONIO FELIZ

Por Carlos Rosa Rosa

crosa@elnuevodia.com

Y Conde no sabe cómo ponerle fin. Sigue apasionado y enamorado de este deporte como desde el primer día.

"No sé cuándo decir que me retiraré... un día sorprendo", dijo Conde en medio de su quinta Serie Final como gerente general del béisbol invernal, la primera con los Indios de Mayagüez. A sus 77 años, Conde sigue productivo en una faceta que genera un alto grado de estrés, a la vez que goza de una buena salud. La fórmula, según él, es sencilla: "No bebo, no fumo ... soy casero y sigo activo en el béisbol. Esto me entretiene".

A primera vista, Conde se enamoró del béisbol a sus cinco años. Desde pequeño tuvo el privilegio de caminar entre jugadores profesionales, ya que su padre Ceferino era un destacado lanzador de los Indios en la década del 1940. Y Conde era la mascota de la novena.

"Recuerdo que fui a la primera Serie del Caribe de los Indios en La Habana (Cuba). Mi papá me llevaba a todos lados", dice Conde, natural de Juana Díaz.

Con el tiempo, la relación de Conde con el béisbol se fortaleció. Aprendió a jugar en el campo corto y tercera base, y firmó con los Leones de Ponce en la pelota invernal en el 1952. Al año siguiente, a sus 16 años, la relación fue a otra etapa al firmar en el béisbol organizado con los Medias Blancas de Chicago. Era la primera vez que se separaba de sus padres y Conde no aguantó la situación.

"Me vine rápido. Me hizo falta papi y regresé", dijo entre risas.

En el 1954, Conde seguía enamorado del béisbol y no pudo rechazar una oferta de Pedrín Zorrilla para firmar con los Gigantes de Nueva York. Y con los Gigantes, precisamente, Conde recuerda uno de los momentos más memorables de su carrera.

"En un 'spring training' recuerdo haber compartido con José Pagán, Juan Marichal, Felipe Alou y Peruchín Cepeda. Fue un tiempo muy bonito para mí. No lo olvido", cuenta de su encuentro con exfiguras de las Grandes Ligas.

Luego, a finales de la década, pasó a los Dodgers, antes de llegar a los Medias Blancas en el 1962. En esa campaña, Conde alcanzó su sueño: debutar en las Mayores.

Sin embargo, su estadía no fue la soñada... sufrió una enorme desilusión como ocurre en la mayoría de las relaciones. Solo consumió 16 turnos y no pegó indiscutibles en apenas siete partidos. Conde dijo que su relación con el dirigente cubano Al López no fue la mejor.

"Yo mismo me bajé (de afiliación). Venía de batear .353 en Triple A y no me ponían a jugar. No tuve muchas oportunidades. Y cuando Al...

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