Mediadores de justicia

Así resume Rigoberto Barlucea la razón por la que pertenece al Comité Asesor de Servicios Legales de Arecibo, un grupo que sirve como enlace para que comunidades y personas de escasos recursos reciban asesoría y asistencia legal gratuita.

Barlucea fue comerciante durante dos décadas en Río Piedras y ahora, a sus 86 años, practica la agricultura en su finca, mantiene funciones de liderazgo en la logia a la que asiste, y desde hace seis años se unió al Comité Asesor de Servicios Legales para defender las causas sociales en las que cree.

“Estoy defendiendo este sitio, porque quiero seguir viviendo con calidad ambiental”, dice durante la entrevista en el campamento frente a los terrenos en los que la compañía Energy Answers propone construir una planta incineradora.

Aunque muchas de las luchas que ha dado el Comité Asesor de Arecibo están vinculadas con temas ambientales de repercusión nacional, es mucha la ayuda que brindan en casos vinculados a problemas de vivienda, familiares y laborales, entre otros, a personas que no pueden pagar servicios de abogados. Ellos son los ojos de la corporación de Servicios Legales en las comunidades, y por eso son vitales para el funcionamiento de esa entidad, que representa a personas de escasos recursos en casos civiles y criminales, de menores.

“La importancia de los 16 comités asesores que hay en la Isla es que ellos llegan a comunidades y personas a las que nosotros no podemos llegar o que no pueden ir a nuestra oficina. Identifican los problemas y necesidades, y nosotros los orientamos y los representamos en el tribunal”, explica Juan Carlos Nieves Molina, director de la oficina de Servicios Legales en Arecibo, que cuenta con solo cinco empleados.

El comité de Arecibo, identificado por Nieves como uno de los más activos en el País, lo organizó Jesús “Chú” García Ayala, quien continúa como presidente. Ese comité es enlace, además, para los municipios de Camuy, Hatillo y Quebradillas.

“Servicios Legales llegó aquí en 1967, yo tenía como 18 años, y ahí nos envolvimos” para crear el comité, dice. Entre las motivaciones para organizar el comité estuvo un gravero que afectaba el ambiente y la convivencia del barrio en que residía. “Nos envolvimos e hicimos que cerraran el gravero. Después había una fábrica de asfalto que estaba afectando la comunidad y le metimos mano y también se fue”, afirma el hombre, que laboró 25 años en un programa para disminuir y atender la deserción escolar y que luego fue coordinador...

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