Medicina efectiva sin pastillas

Por Mildred rivera marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Al igual que el hijo del poeta carolinense, Hilda Negrón, quien cuenta 82 abriles, asiste al centro de actividades. La activa adjunteña -carolinense por adopción- cuenta que lleva la friolera de 22 de esos asistiendo al lugar para conocer y hablar con otras personas, hacer manualidades y participar en las actividades. Además de eso, a la hora del almuerzo sustituye a la recepcionista en el cuadro telefónico, con lo cual también hace labor voluntaria en el lugar que ha visto desarrollarse.

Los dos son parte de los más de 100 carolinenses que van allí de lunes a viernes durante siete horas y ambos coinciden con otras personas entrevistadas en que la intención de combatir "la soledad" es la razón que los lleva allí. Llegar allí, al igual que a otros centros de actividades para adultos mayores, se convierte en el primer paso para salir del aislamiento en que se puede sumir una persona que vive sola.

Prueba de ello, declara Iris Nieves, la directora de Servicios a Personas de Edad Avanzada del municipio, es que en Carolina hay 15 residenciales públicos y ningún residente de esos complejos va al centro. Los asistentes son de urbanizaciones cerradas y walk-ups. ¿La razón? En los complejos de vivienda pública conviven en una comunidad, en la que tienen apoyo y una red social. En las urbanizaciones están solos.

Asistir al centro, donde hay desayuno, merienda y almuerzo, les permite tomar clases de manualidades. Allí encontramos "alumnas" que expresaron estar felices mientras tejían, pintaban flores plásticas o bordaban un paño, actividad que las mantiene ágiles mentalmente, al tiempo que les permite dialogar.

"Como vivo sola, tenía que buscar algo que hacer", dice Hilda, quien, sin embargo, no es la mayor del grupo. Isabel Pagán tiene 89 años. En el otro extremo, Evelyn Rivera solo tiene 69 primaveras, pero también llegó allí para combatir la soledad.

En un segundo salón de la institución, ocho interesados en tecnología aprendían las partes de una computadora, como encenderla y apagarla, sentados frente a un equipo en el que destaca un enorme mouse que facilita su agarre.

La lógica detrás de las clases, las giras, las charlas, el coro de campanas y los ejercicios es que los asistentes aprendan cosas nuevas, se eduquen, estén activos, no se depriman, socialicen y sean independientes. Todos esos son elementos que, en realidad, actúan como medicina preventiva.

"El centro es una alternativa de vida"...

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