MEDICINA DE LETRAS Y RITMOS
Por Carmen Graciela Díaz . Especial El Nuevo Día
Una inyección anímica de ese tipo es posible mediante canciones que rebasan las variantes del amor, el desamor y la denuncia social para hablarles a aquellos que se sienten rechazados, fuera de grupo, incomprendidos y apartados de las expectativas de otros.
Canciones como "Firework" de Katy Perry y "Born This Way" de Lady GaGa son ejemplos de temas que se han transformado en una suerte de himnos de aceptación y de batallas que trascienden infinitos estigmas sociales.
La primera, para ejemplificar, dedica sus estrofas al que sufre una derrota o el que grita sin ser escuchado, augurando la posibilidad de continuar. La otra reclama en su coro, escrito en primera persona: "Nací para sobrevivir". Con unos versos que alientan, particularmente, a los marginados o las víctimas de "bullying", sean heterosexuales o miembros de la comunidad LGBTT (lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual).
Así, canciones como estas parecen convertirse en ayudas espirituales, en mantras para enfrentar la vida. Configurando una tendencia en la industria musical -de acuerdo con el profesor y autor de "Nación y ritmo: 'descargas' desde el Caribe", Juan Otero Garabís- de atender la necesidad del ser humano "de buscar un consuelo que le ayude a sentirse mejor en un mundo duro y frustrante".
Según la investigadora y cineasta Frances Negrón-Muntaner, una de las coyunturas que nutre la industria billonaria de la autoayuda es que "el sujeto/consumidor se sabe en crisis y busca aliviar su malestar, como diría (el psicoanalista Sigmund) Freud, a nivel individual".
"En este contexto, la autoayuda desplaza y/o compite con discursos de bienestar propuestos por el estado, las instituciones religiosas, los partidos políticos y las disciplinas y prácticas asociadas a la sicología tradicional".
Como secuela de la gama de transformaciones económicas y sociales, Negrón-Muntaner advierte que "dada la inestabilidad e inseguridad general con la que se vive, la autoayuda ofrece un refugio de posibilidad y una esperanza de viabilidad".
A diferencia de quienes le restan relevancia, la académica sostiene que "la popularidad de estos discursos y las prácticas de autoayuda son síntoma y contexto; formas de ser y pensar la contemporaneidad".
En efecto, para el psicoanalista Alfredo Carrasquillo-Ramírez, el colectivo enfrenta un momento en el que "se pierden las coordenadas y no hay claridad de lo que debe organizar la vida".
Desde el prisma...
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