Mejor

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

En una temporada repleta de secuelas innecesarias, el filme se las ingenia para tener el mismo efecto que la película original, una mezcla irresistible de entretenimiento, comedia y acción sin repetir la fórmula que causó un éxito internacional en la taquilla.

Gran parte de este triunfo se debe a la fusión de la sensibilidad cómica de Jack Black con el personaje de Po, el panda titular cuyo encanto principal es no ser consciente del límite de su gran potencial como héroe.

A pesar de recibir el título de "Drangon Warrior", Po no ha perdido su devoción fanática por el kung fu. La razón principal por la cual este personaje funciona es porque representa al espectador promedio que sueña con ser el héroe de las historias que han capturado su imaginación. Resulta extremadamente acertado que Po no se haya trasformado en un personaje "cool" por su status de guerrero.

Aún así, la producción se ha apoyado de un guión de primera que preserva el espíritu del filme original, expande el universo del protagonista y crea espacio para una historia que provee mucho más acción y mucho más carcajadas que las del primer filme.

En esta aventura, Po y los Furiosos Cinco tienen que enfrentarse a Lord Shen, un pavo obsesionado con poder y con tener a China a sus pies. Para lograr esto, el villano nuevo se apoya de la invención de la pólvora para crear un ejercito invencible con un cargamento de cañones letales, algo que pone en peligro la vigencia del kung fu como la defensa principal...

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