La mejor época de viajar en crucero por los ríos de Europa

Por Ing. Wilson Ruiz Ríos

Día 1. Ducado de Luxemburgo- Llegamos al ducado procedentes de París donde permanecimos varios días previos al viaje en crucero. Un cómodo autobús nos esperaba para llevarnos de visitas. Primero, fuimos por los alrededores del Palacio del Gran Ducado, luego, caminamos por el centro antiguo hasta la Plaza de Armas a dos bloques de la impresionante Plaza Guillaume II. En ella está ubicada una enorme estatua ecuestre en honor del Duque William II. Proseguimos por las calles Boulevard Roosevelt y Rue du Fossé donde se encuentra un caudal de lugares históricos y múltiples casas de arquitectura deslumbrante. Entre ellos, se debe visitar la Biblioteca Nacional, Hotel de Ville y la Catedral de Nuestra Señora, entre otros, dependiendo del tiempo disponible. Concluido este día de viajes y visitas, abordamos nuestro crucero, el AmaLegro y zarpamos hacia Trier.

Día 2. Trier- Al mediodía y discurriendo por el río Mosel, llegamos al centro de esta ciudad, la más vieja de Alemania, lo que nos permitió de inmediato comenzar a disfrutar la variada oferta turística que la misma ofrece. Tomamos una de las excursiones con guía local y libre de costo que ofrece el crucero a sus pasajeros. La guía nos explicaba detalles históricos y contestaba preguntas mientras caminábamos. Luego de visitar la Catedral de San Pedro y la Iglesia de Nuestra Señora, llegamos hasta la famosa Porta Nigra o puerta negra. Esta antiquísima puerta era la entrada a la ciudad y fue construida en el siglo II. Proseguimos hasta la plaza del mercado Hauptmarkt donde habían diversidad de comidas típicas, flores y productos agrícolas, entre otros. Ya de noche, regresamos para zarpar rumbo a Koblenz.

Día 3. Koblenz- Durante la navegación nocturna cruzamos decenas de esclusas para compensar las diferencias en niveles entre los ríos. Antes de llegar vimos varios castillos, entre ellos: Stolzenfels y Shoenburg, entre un total de 30 que estaban en la ruta. Temprano llegamos a esta ciudad en la confluencia entre los ríos Mosel y Rin. Ya en Koblenz observamos un inmenso sistema de fortificaciones conocido como Ehrenbreistein. Además, visitamos la iglesia Liebfrauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora) que merece escuchar el redoble de sus campanas, especialmente desde una montaña adyacente para notar con claridad sus sonidos e impresionante resonancia. Por otro lado, no fue sorpresa encontrar decenas de tabernas que ofrecían variedad de vinos y cervezas de múltiples sabores y...

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