La memoria y la vida en el agua

Hace dos años, mientras tomaba un curso de maestría, el dramaturgo, guionista y director puertorriqueño Joaquín Octavio se adentró en lo más profundo de la memoria. Pero no en la suya, sino en la de un hombre de la comunidad Juana Matos, en Cataño, que le hizo pensar y respirar diferente.

Como parte de la clase universitaria el creador tenía que entrevistar a personas que vivieran cerca de la cuenca hidrográfica que compone el Estuario de la Bahía de San Juan, ese gran ecosistema donde se mezclan las aguas dulces con el mar en toda la costa desde Toa Baja hasta Loíza.

Él escogió hablar con Pedro Carrión, un hombre cuya casa queda en una comunidad asentada entre el mar y la tierra, en el litoral de Cataño. Los recuerdos y relatos de su protagonista lo intrigaron. Conversó con él durante varios días, por muchas horas, siempre concentrado en conocer su historia.

“No le hacía muchas preguntas y le sugería que me hablara en términos de imágenes más que de trama o de concepto. Que no tratara de autointerpretarse, sino que tratara de darme toda su información, tal cual la recordaba”, relata.

De esas conversaciones, las cuales grabó, Joaquín Octavio redactó una entrevista. Pero en el proceso, mientras escuchaba el audio del testimonio de su entrevistado y este repasaba la historia de su comunidad -de la que muchos fueron desplazados- visualizó una propuesta escénica. Fue así como comenzó a trabajar un texto teatral que fue evolucionando hasta convertirse en “Anoxia”, pieza que estrena hoy en la Casa de Cultura Ruth Hernández, en Río Piedras.

Se trata de una obra “site specific”, donde se combina el teatro, la danza, el vídeo y la historia oral, para explorar el tema de la memoria y lo que representa la vida en el agua. Son fragmentos, que como bien indica el guionista, forman parte de una historia de Puerto Rico que no aparece en los libros de textos oficiales.

Para este montaje, Joaquín Octavio trabajó con las bailarinas Beatriz Irizarry, Cristina Lugo y Marili Pizarro, integrantes de la compañía de danza La Trinchera, quienes encarnarán las memorias de Pedro Carrión a través de escenas que evocan desde momentos de intimidad cotidiana hasta lo que es vivir en el babote, en esa línea entre el mar y la tierra, y su transformación incesante.

En la propuesta, además, se explorará la falta de oxígeno simbólica y literal en los cuerpos de las bailarinas, la anoxia, para abordar el tema de la contaminación del agua y del medioambiente. Joaquín Octavio...

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