In Memoriam; David Noriega, hacedor de patria

Lcdo. Manuel Reyes Dávila

Bayamón

Los últimos meses de su vida fueron de mucho dolor. Mientras tuvo conciencia, casi hasta el final, mantuvo su buen humor y su trato afectuoso con todos sus amigos y conocidos y con el personal del hospital. En una mesa, a su lado, una Biblia abierta, porque David Noriega Rodríguez, siempre fue un hombre de fe. Tuvo esperanzas de superar su condición. "El Señor está conmigo", nos decía. "Esta vez el adversario está dentro de mi cuerpo Y lo tengo que vencer".

No pudo vencer esta vez pero aun sabiendo de sus escasas posibilidades luchó para derrotar su enfermedad hasta el fin, con valor y gallardía. El ánimo y la esperanza que nos faltaban a los demás a él parecían sobrarle. No era hombre de darse por vencido cuando se sentía con el deber de defender una causa. Por su cuarto de enfermo pasaron compañeros de lucha y muchos quienes fueron adversarios, con ciertas notabilísimas excepciones que delatan actitudes que explican, en parte, la lamentable condición del independentismo.

Con su muerte Puerto Rico pierde verdaderamente uno de sus mejores hombres. Tuvo una clara visión de lo que debía ser la política y de lo que debía ser un buen gobierno y de lo que era su obligación de servicio a su pueblo. Se enfrentó sin temor a los grandes y poderosos, con mínimos recursos, y solo o casi solo, alcanzó grandes metas. Sus logros mientras fue miembro de la Cámara de Representantes, único legislador independentista, son memorables y son un ejemplo que muy difícilmente podrá ser igualado. Una de las más importantes fue la demolición del sistema de perseguir y...

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