Menores, pero con un problema mayor
Por Ricardo Cortés Chico
rcortes@elnuevodia.com
Todas las amistades de Carlos Torres (nombre ficticio para proteger su identidad) hacen lo mismo: salen a consumir alcohol. "Y las muchachas a veces son las más atrevidas", sentenció un poco desafiando las concepciones culturales. Una salida nocturna para él y sus amistades, no importa su género, puede implicar más que un par de tragos entre compañeros de clase.
Las historias son muchas y muchos de los relatos son acelerados por las drogas y el sexo. Está el relato de la amiga que usa el baño de la discoteca para sus aventuras sexuales, compañeros que no pierden un encuentro de amistades para emborracharse, fumar marihuana o meterse una "palis" (xanax). Las más crudas llegan hasta violaciones de jóvenes intoxicadas por el uso de sustancias o bebidas alcohólicas.
"Cuando peor se pone la gente es cuando se acaba la escuela. Para la época de las graduaciones. Ahí es cuando están más locos", dijo el joven de 18 años.
El uso de licor, drogas ilegales y medicamentos no recetados en la Isla, es algo muy común entre los jóvenes puertorriqueños, según datos de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA). De hecho, el último estudio sobre prevalencia de uso de drogas entre menores de edad reflejó que casi el 80% de los jóvenes que cursan el duodécimo grado han al menos experimentado con licores. Para los alumnos de séptimo grado el porcentaje es de 29.5.
Al uso del alcohol le sigue el tabaco con el 28.8% de los alumnos de duodécimo y la marihuana con el 15.4% de los jóvenes.
Según el estudio de la ASSMCA se estima que alrededor de 173,332 estudiantes habían consumido alcohol pese a su temprana vida.
"Las féminas informaron un mayor uso de alcohol (48.8%) que los varones (47.3%) en el último año", resalta el estudio.
Intervenciones como la ocurrida a finales de mayo en la discoteca Q en Isla Verde, donde se encontraron más de 200 menores de edad, algunos con apenas 13 años, consumiendo bebidas alcohólicas, es sólo "la punta del iceberg", opinó el psicólogo José Cangiano, de la Escuela de Medicina de Ponce.
Y lo peor, es que cada vez, las inhibiciones son menos entre los menores y aparecen más formas en que los adolescentes logran acceso al alcohol y las sustancias controladas. Esto, ante el ya fácil acceso en muchos de los negocios donde no necesariamente se solicitan identificaciones para comprar bebidas alcohólicas.
Precisamente se trata de eventos parecidos al...
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