De todo menos creativa

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

El problema principal con la cinta no es que sea una secuela que se apoya de caricaturas que celebran la inmadurez permanente. La única pretensión que han tenido la mayoría de las películas protagonizadas por Sandler es lograr que el público se ría. Así que antes de que diga mis quejas con el argumento de que este tipo de película no es para los críticos de cine, voy a ser completamente sincero.

Durante la película hubo varios momentos que me causaron gracia y otros que me robaron un torrente de carcajadas.

Aun así, celebrar el estreno del filme sería como alegrarse de la muerte permanente de la creatividad en todas sus manifestaciones. Y ese precisamente es el problema principal de la producción, los niveles de ingenio y creatividad están en cero.

El que el presupuesto de esta película, cuyo único efecto especial es querer hacernos creer que Salma Hayek estaría casada con Sandler, sea de $80 millones resulta más obsceno que los chanchullos de cualquier político corrupto.

Sin importar los detalles de sus tramas, la mejor cualidad de las comedias de Sandler es la energía contagiosa de un grupo de personas que la está pasando bien haciendo su trabajo.

En Grown Ups 2 esta cualidad brilla por su ausencia y tanto Sandler como el resto del...

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