MENOS DISCOS, MÁS GIRAS

por luis r. Trelles.Especial El Nuevo Día

Para las grandes disqueras, esas que firman a artistas y desarrollan su carrera, el negocio estaba claro. Ellas producían y vendían discos, esos curiosos objetos del siglo 20 con una carátula que se podía tocar y oler. Los artistas solían emprender giras para promocionar los álbumes que consistentemente vendían cientos de miles de copias. Esa ecuación ha cambiado: de muchas maneras el álbum ahora apoya la gira. Grandes estrellas del pop como Ricky Martin o Enrique Iglesias presentan conciertos espectaculares alrededor del globo que se complementan con el lanzamiento de la última colección de canciones.

Uno de los resultados de este movimiento ha sido la transformación de los grandes conglomerados de la música. Hasta la propia palabra "disquera" queda en entredicho, puesto que la venta de discos pasa a ser una ficha más en el rompecabezas comercial de empresas como Sony, Universal o Warner. "Nosotros somos una compañía de entretenimiento, damos un servicio completo", mencionó Tuti Bou, la presidenta de Sony Music Puerto Rico. "De la música a el show, desarrollamos plataformas digitales y gestionamos las licencias de las canciones", añade quien lleva más de 20 años en la industria.

Junto al nuevo énfasis de la música en vivo también existen nuevas fronteras que forman parte de la transición. Desde las redes sociales a la integración de canciones con marcas como Coca Cola o Nike, las noticias de la muerte repentina de la industria musical han sido tan prematuras como exageradas.

Si bien las presentaciones en vivo son el arroz y habichuelas de los músicos desde tiempo inmemorial, un hecho que une a un cantautor veterano como Franco de Vita con los bardos medievales que andaban por Europa ofreciendo recitales itinerantes, hoy en día hay más maneras que nunca de conectar con el público. La industria vuelve a lo más básico, un artista tocando en vivo frente al público, y lo une a lo más novedoso, lo que solo los avances en las comunicaciones hace posible.

Las cifras hablan por sí solas: año tras año la compra de canciones por medio de descargas digitales va ganando un terreno que la venta de discos ha cedido. A esto se unen maneras inéditas de consumir contenido: servicios de suscripción para acceder a catálogos masivos de canciones en la web, por ejemplo, o el uso creciente de la música como uno de los pilares de la publicidad y el mercadeo.

Sellos corporativos como Sony estudian el nuevo panorama y se...

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