Menos embarazos de adolescentes

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Un análisis de las Estadísticas Vitales del Departamento de Salud refleja, igualmente, un cambio en el perfil de la adolescente (joven de 19 años o menos) que queda preñada. Ahora tiene, en promedio, más edad, más años de estudio y, en un mayor número de casos, son madres por primera vez.

La evaluación de los números revela que en el 2000 hubo 11,390 nacimientos vivos de madres adolescentes. Esa cifra bajó a 7,203 en el 2010. Los datos indican también que, de las jóvenes embarazadas en el 2000, 19% era menor de 19 años. Diez años después, eso bajó a 17%, lo que indica que quedaron embarazadas a una edad mayor.

"Se ha reducido. Pero, independientemente de eso, hay unos 7,000 nacimientos (de adolescentes) y eso tiene unas consecuencias. Sigue siendo un problema de salud pública", declaró el doctor Arnaldo Torres Degró, director del Programa Graduado de Demografía del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, y quien hizo el análisis de los datos.

Al clasificar el asunto como un problema de salud pública, Torres Degró se refirió al impacto que tiene un embarazo sobre la salud y la vida de una adolescente y, a su vez, en su familia, en su comunidad y en el país.

Por ejemplo, cuando la preñada tiene entre 12 y 13 años de edad tiene más riesgos de tener abortos espontáneos, niños bajo peso o prematuros, y de experimentar complicaciones sicológicas porque su cuerpo y su mente no están listos para convertirse en madre.

Pero, aún cuando la adolescente esté en el grupo de las que tienen 19 años, el evento puede provocar la interrupción en su educación, lo que reduce sus posibilidades de tener una preparación académica o vocacional y de trabajar. Eso redunda en una carga para el Estado pues dependerán de las ayudas sociales, afirmó el demógrafo.

El cuadro se complica al considerar que muchas terminan criando su hijo o hija solas. Según las estadísticas, en el 2000, el 24.37% de las menores embarazadas estaba casada legalmente, y un década más tarde, esa relación bajó a 11.02%.

"Son desventajadas. No es lo mismo ser soltera que jefa de familia, sin ingresos, ni plan médico. Esto incide en la salud", afirmó Torres Degró. En estudios anteriores, se ha demostrado que entre los más pobres de la Isla están las tasas más altas de mujeres jefas de familia.

Torres Degró destacó como positivo el hecho de que, quizás, la disminución en la cantidad de embarazos y el cambio en perfil de la...

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