Mensaje a los extraterrestres

Por Jorge L. Pérez

jperez@elnuevodia.com

Se trataba de un complicado mensaje en clave -elaborado, entre otros, por el famoso científico de la televisión, Carl Sagan-, que pretendía comunicarle a alguna raza de inteligencia superior algunos datos básicos acerca del sistema solar, el planeta tierra y el ser humano, por si acaso algún día les interesaba darse una vueltecita por aquí.

En fin, el mensaje en clave binaria (como la clave morse) fue dirigido a una amplísima gama de recipientes potenciales: un cúmulo de estrellas llamado M13, que está formado por unas 300,000 estrellas y se encuentra a unos 25,000 años luz de distancia.

Una distancia de esta magnitud, por supuesto, desalienta el que aquellos que enviaron el mensaje se sienten a esperar junto al teléfono algún tipo de respuesta: se calcula que el mensaje tardará 25,000 años en llegar a su destino, y que la respuesta tarde otros 25,000 en llegar al punto de origen.

Por consiguiente, el año más cercano para el cual podría esperarse una respuesta es el 51,974.

¿Qué cuál es la importancia particular de todo esto?

Pues el hecho de que dicho mensaje intergaláctico lleva el nombre de 'El mensaje de Arecibo', ya que, como claramente lo indica su nombre, fue enviado desde el radiotelescopio de Arecibo.

Lógico que fuera así: el radiotelescopio de Arecibo, inaugurado en 1963, fue por mucho tiempo el más grande del mundo, con un diámetro de 305 metros (hasta que Rusia inaugurara en 1977 su Ratan-600 de 576 metros).

Su operación corre a cuenta de la Universidad de Cornell, en conjunto con la National Science Foundation, y su nombre oficial es el de Observatorio de Arecibo y forma parte de la National Astronomy and Ionosphere Center (NAIC), organismo que tiene dos objetivos principales: estudiar la ionosfera terrestre, así como realizar estudios de ciencia interplanetaria y astronomía.

Se escogió a Arecibo, entre otras cosas, por estar ubicado cerca del ecuador, lo que permite que un radiotelescopio tenga básicamente un acceso similar a ambos hemisferios.

Los radiotelescopios datan de la primera mitad del siglo 20 -el primero surgió en 1937- y su función es la de captar ondas de radio, valiéndose para ello de enormes platos parabólicos.

Han probado ser muy valiosos para detectar actividad espacial lejana, en especial procedente de aquellos sectores donde no hay señales de luz, y su penetración es mucho mayor debido a la mayor capacidad de dispersión de las ondas de sonido.

En resumidas cuentas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR