MENTOR Y PATRIOTA

Por Joel Ortiz Rivera

joel.ortiz@elnuevodia.com

Primero, el ponceño de 52 años marcó un hito en la historia deportiva isleña cuando el 23 de junio del 2010 se convirtió en el primer puertorriqueño que dirige un equipo en las Grandes Ligas. Ese día fue nombrado de manera interina, y luego en propiedad, como timonel de los Marlins de Florida.

Su triunfo fue visto y celebrado como el de todo un pueblo.

Esta semana, volvió a unir a su pueblo cuando estuvo al frente de tal vez el logro deportivo más grande en la historia deportiva del país, cuando llevó a la selección de Puerto Rico del Clásico Mundial de Béisbol a disputar el campeonato, la primera ocasión que un equipo isleño adulto de cualquier deporte llega tan lejos en un torneo internacional profesional.

Con la afabilidad y sencillez que le caracterizan, Rodríguez compartió con El Nuevo Día algunas impresiones y experiencias vividas en las tres trascendentales semanas que cambiaron el panorama del béisbol puertorriqueño mediante una emocionante demostración de habilidad, corazón y compromiso con la patria de un equipo al que los pronósticos relegaban a fracasar en la primera ronda del torneo.

"Bueno, como dirigente de béisbol profesional he adquirido una experiencia importante, pero el cambio en mí no ha sido grande. Ni mi filosofía de dirigir ni mi filosofía de cómo estructurar un equipo ha cambiado", explicó el dirigente sobre el efecto de las experiencias vividas con el 'Team Puerto Rico', que en su gloriosa ruta dejó en el camino a potencias como Venezuela, Estados Unidos y Japón.

"Lo que sí aprendí fue que para estructurar un equipo para este tipo de torneo el orden de los elementos a considerar cambia", agregó.

Rodríguez, que tuvo su primera experiencia configurando un equipo para este tipo de competencia, explicó que para hacer un equipo profesional regular, sus prioridades son el talento y habilidad física, el carácter y la responsabilidad del pelotero.

Pero para un torneo corto como este, dijo que el talento sigue siendo indispensable para él, pero la entrega y compromiso con la causa pasaron a un segundo plano, acompañando al carácter.

"Esto fue un experimento que funcionó; una hipótesis que se llevó a la práctica y funcionó", expresó.

Con esos criterios como guías, y con limitados recursos de liga mayor, Rodríguez contó que para agosto del pasado año comenzó a trabajar con un banco de talento de 50 jugadores que luego se fueron separando por posiciones y finalmente clasificados...

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