El milagro de hacer pan del aire

Por Alan Rodríguez

Especial El Nuevo Día

Estos accidentes e incidentes han cobrado la vida de millones de personas a lo largo de la historia. Pero de la misma manera que han sido millones las víctimas del mal uso de la química, hoy somos billones los que le debemos la vida. Desde las moléculas con bioactividad en los medicamentos hasta la rápida descomposición del azuro en los "airbags" la química ha salvado la vida de muchos, pero ningún descubrimiento ha tenido mayor impacto en nuestras vidas como el poco conocido descubrimiento de Fritz Haber.

Para poder entender la importancia de este descubrimiento es necesario repasar el ciclo del nitrógeno. A primera instancia parece bastante sencillo, las plantas absorben el nitrógeno de la tierra, los animales se comen las plantas, los animales se mueren y unas bacterias descomponen el cuerpo del animal y liberan nitrógeno al aire que luego va a parar en la tierra y comienza el ciclo de nuevo. Si sólo las cosas fueran así de sencillas.

Alrededor del 78% de nuestra atmósfera es nitrógeno, lo que nos puede llevar a la conclusión de que nos sobra el nitrógeno. Hay sin embargo un pequeño detalle: a pesar de que estamos sumergidos en un océano gaseoso de nitrógeno las plantas no lo pueden usar y es que el nitrógeno de la atmósfera se encuentra en la forma de dinitrógeno (N2) que es inerte. Para poder ser utilizado por la plantas necesita ser convertido en alguna molécula que éstas puedan asimilar.

La naturaleza ha provisto de bacterias conocidas como azobacterias que se especializan en realizar ese proceso, estas bacterias tienen una enzima llamada nitrogenasa que convierte el nitrógeno de la atmósfera en amonio, un compuesto que luego es convertido en nitrato y puede ser utilizado por las plantas. Problema resuelto ¿verdad? Pero no, hay otro pequeño inconveniente: este proceso no produce amonio en grandes cantidades por lo que el nitrógeno es el factor limitante en el crecimiento de las plantas y por consiguiente de la mayor parte de la vida en este planeta. Entiéndase por esto que un aumento en la cantidad de nitrógeno disponible para que las plantas absorban resultaría en un aumento en la cantidad de alimentos disponibles para el ser humano.

Desde finales del siglo 18 expertos en el campo de la demografía habían mostrado preocupación frente a las recurrentes amenazas de catástrofes alimentarias. Ellos notaron que el aumento poblacional era mayor que el aumento en la producción de...

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