Militza

Félix Jiménez

Se llega, se toma un número, y es el próximo, y hay casi alegría en la casi Navidad de una secuencia de eventos que lleva a una empleada -cuando escucha lo que me pasa- a decirme: "Ve al escritorio número 6" y ponerme frente a alguien que más tarde me dirá su nombre.

Llego al escritorio, me siento, y saco los documentos -la carta de reclamación, la carta que rechaza la reclamación, las facturas, la lista de llamadas y gestiones, los cálculos virgonianamente hechos en un papel- y le digo: "Lea esto, por favor". Me mira. No dice nada. ¿Le molestaría quizás mi despliege apapelado y el "matter-of-factness del pedido"? No delata emoción, pero toma los papeles y en menos de 30 segundos me dice. "Te voy a ayudar". Se levanta a una computadora, busca el caso y me mira. Toma un lápiz y apunta. Teclea. Saca unas copias. Regresa. Dos minutos han pasado.

Toma la factura que en blanco y negro asegura que debo pagar $915.88 por consumo de agua. Toma un bolígrafo. Apunta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR