Mirada y memoria

La muerte de Myrna Báez (1931-2018) nos deja sin una de las artistas plásticas -pintora, grabadora- más importantes de nuestro tiempo. También sin una de las mujeres más interesantes: feminista "avant la lettre", fue siempre lo que quiso ser e hizo lo que quiso hacer.Cuando era difícil que una mujer se dedicara a vocación tan incierta como las artes, ella abandonó una incipiente carrera de medicina para estudiar pintura en la Academia de San Fernando de Madrid. Cuando el grabado era todavía un medio experimental entre nosotros, ella lo cultivó con rigor y pasión bajo la dirección de Lorenzo Homar en el taller del Instituto de Cultura y luego por cuenta propia. Cuando una mujer tenía que hacerse perdonar su éxito, máxime si lo obtenía en un campo tradicionalmente reservado a los hombres, ella asumió ese éxito innegable como debido a su trabajo; cuando el desnudo femenino aún suscitaba escándalo en esta isla y se condicionaba su excepcionalidad con circunstancias "atenuantes" como poses y alusiones clásicas, Myrna pintaba desnudos femeninos que se insertaban en la cotidianeidad de la vida, en el marco de la normalidad doméstica.Sus mujeres desnudas se sientan a la mesa, contemplan el paisaje desde una ventana abierta, se miran en un espejo, símbolo de los múltiples reflejos de la tradición en su obra: tradición conocida y superada.Sus actitudes en el arte liberaron al ámbito femenino de la minusvaloración; también de la invisibilidad, concediéndole validez artística. Su obra provoca alegría y entraña misterio. En ella siempre queda algo por mostrar, siempre hay espacios abiertos y enigmáticos que esperan o sugieren otras presencias.La respuesta a sus cuadros suele ser intensa e inmediata. Es la luz del trópico tamizada en los interiores, gloriosa en los paisajes; es el balance de las formas, su armonía serena; es la sugerente profundidad de campo de sus perspectivas. Y son también las referencias a lugares y ambientes que reconocemos como nuestros, recreados, repensados y revestidos por ella de una contemplación que los transforma.Muchos de los elementos de sus cuadros se fundamentan sobre sus recuerdos."Si tú miras mis cuadros, eso es lo que me rodea, transformado por los cuadros que he visto en los museos, por las cosas vistas en las exposiciones, lo leído, lo que me ha llamado la atención, lo que he vivido", me dijo en una entrevista que le hiciera en el 2005, con ocasión de una exposición de sus pinturas en la Sala de las Artes de la...

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