Moda con visión empresarial

Por Marie Custodio Collazo

mcustodio@elnuevodia.com

La conocida diseñadora de accesorios trabaja actualmente en el desarrollo de sus tiendas bajo el modelo de franquicia, para lo que tiene en fila a empresarios en Puerto Rico y Miami, al tiempo que negocia con las cadenas de ventas por televisión y en línea QVC y HSN para la venta de sus líneas a través de estos canales.

"Yo nunca he pensado en diseñar para una sola clienta, yo quiero diseñar para todo el mundo, que una mujer rusa me use. Quiero tener una marca mundial como Calvin Klein, que no diseña solo para los neoyorquinos, sino que le quiere vender al mundo", expresó Peña.

Y esto es justo lo que ha hecho. Desde que comenzó sus líneas de joyería, sus productos se han vendido en más de 1,000 tiendas en 30 países. Y si bien los orígenes del negocio fueron algo casuales, la visión de esta empresaria siempre ha sido grande.

Peña nació en Puerto Rico de padres dominicanos, y creció en Estados Unidos; sin embargo, temprano en su carrera profesional hizo de la Isla uno de sus centros de operaciones, al punto de que su línea de mayor venta, Olivia Jules, se manufactura en Cayey. Al principio, indicó, todo se hacía en la Isla, pero por temas de costos movió algunas operaciones de manufactura a Indonesia, de donde vienen muchos de los materiales que utiliza.

"Desde chiquita mi mamá me decía: 'Tú eres boricua'. Y decidí venir a conocer Puerto Rico. A los 24 años llegué a Puerto Rico y me enamoré del país, conocí a Stella Nolasco, hicimos amistad, y empecé a representar diseñadores de aquí en mi 'showroom'", relató sobre su primera conexión en la Isla.

A través de Nolasco, Peña recibió una propuesta para integrarse al programa San Juan Fashion Center, pensado para ayudar a diseñadores puertorriqueños a internacionalizar sus marcas. Sin embargo, con la desaparición del proyecto, la joven se encontró en busca del próximo paso en su carrera. La inspiración llegó de una fuente inesperada, y los materiales para su primera línea salieron de unas lámparas que tenía.

"Le preguntaba a papa Dios qué debía hacer, y miraba una lámpara de conchas que tenía y pensé que podía hacer unos aretes con ella. Así empecé, la deshice e hice pantallas. Empecé a ir a bazaars, a 'flea markets', trabajé con el show de Stella Nolasco, le diseñé todas las piezas de joyería para su show, y así fue que empecé a hacer joyería en Puerto Rico", comentó.

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