Modela a su hijo la caridad

CATAÑO - La gradería de cemento estaba repleta. En la cancha azotada por el sol de mediodía, una decena de niños jugaba baloncesto, corriendo de un extremo a otro e intentando güiras y jumpas ante la mirada de los vecinos del residencial Juana Matos, donde ayer se celebró el partido.

Los diminutos baloncelistas vestían pantalones de distintos colores, pero todos llevaban puestas sendas camisetas blancas con un diseño en negro que leía “Melo”.

Uno de ellos, trigueño y de cabello castaño con destellos más claros, calzaba unas zapatillas Nike modelo Melo M11; las zapatillas de su padre.

Kiyan, de 10 años, acompañó ayer a su progenitor, el enebeísta Carmelo Anthony, a Juana Matos para inaugurar la rehabilitada cancha de baloncesto del complejo de vivienda en este municipio. Fue parte de la labor que anualmente hace su padre en la Isla. La Fundación Carmelo Anthony identifica canchas públicas sin techo que se encuentren en mal estado. Entonces las rehabilita y se las entrega al vecindario en óptimo estado, con el compromiso de que los residentes le darán el mantenimiento requerido.

“Esta cancha les pertenece. Cuando nosotros nos vayamos, será su responsabilidad mantenerla en buen estado. Espero que la cuiden y me hagan sentir orgulloso de ustedes”, dijo Melo durante la ceremonia de inauguración, que atrajo a residentes de Juana Matos y a vecinos cercanos, así como al gobernador Ricardo Roselló Neváres, al secretario del Departamento de la Vivienda Fernando Gil Enseñat y a la secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, al alcalde de Cataño Félix Delgado y a su esposa, Roxanna Sifre.

“La cancha quedó espectacular”, dijo el alcalde, ingeniero de profesión. “Y esto impacta positivamente las vidas de cada uno de los niños de este residencial”.

Kiyan estuvo presente durante la ceremonia y fue “refuerzo” de uno de los quintetos que participó en el primer juego. Los demás eran chicos de la comunidad. El primogénito de Melo se confundió entre ellos como cualquier hijo de vecino.

Su padre, quien se crió en las duras calles de Brooklyn y Baltimore, hoy día gana más de $24 millones anuales y vive una vida cómoda junto a su hijo. Pero quiere que Kiyan aprenda las lecciones que él vivió a su edad y que lo ayudaron a desarrollar las herramientas con las que se superó como profesional e individuo.

“Esto (actividades como la de ayer en Juana Matos) fue parte de mi experiencia de niño. Pero el que mi hijo pueda vivirlo, entender lo que significa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR