Momento de reformular la corporación

Por Gerardo E. Alvarado León

galvarado@elnuevodia.com

Ahora bien, la renuncia de Cordero -que se venía rumorando hace más de un año y será efectiva este próximo viernes, 30 de septiembre- no debe desviar la atención pública de los asuntos "realmente importantes": bajar el costo energético, reducir la dependencia del petróleo, mejorar la eficiencia del sistema eléctrico y optimizar el servicio al cliente, agregaron los expertos.

Recordaron que la salida de Cordero se da en medio de duros señalamientos tras conocerse que devengaba un salario de más de $ 300,000 y que recibió -al menos- cuatro bonos de productividad, de $ 40,000 cada uno, sin que necesariamente haya atendido los referidos asuntos, que le darían a los 1.5 millones de clientes de la AEE la "justicia tarifaria" prometida por Fortuño.

La vulnerabilidad del sistema eléctrico, evidenciada tras el paso de varios disturbios atmosféricos, también puso en jaque el puesto del ingeniero.

Cordero, quien dirigía la AEE por segunda ocasión tras haberlo hecho bajo la administración de Pedro Rosselló (1993-2000), le entregó ayer a Fortuño su carta de renuncia.

"En la carta lo que dice es que no quiere ser un impedimento a todo lo que hay que hacer y que él entiende se ha convertido en una distracción a lo que es importante, que es bajar el costo de la luz, y que él no quiere ser esa distracción", dijo Fortuño después de reunirse en horas de la tarde con la Junta de Gobierno de la AEE.

"La salida de Cordero no significa que va a bajar la luz. Tampoco garantiza que no pueda repetirse la situación de los bonos. Su salida no debe ser motivo de amnesia colectiva y olvidarnos de qué fue lo que la motivó: una serie de irregularidades denunciadas y el alto costo de la energía. Esos asuntos requieren atención", sostuvo Palmira Ríos, directora de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras.

Para el director de Política Pública del Centro para la Nueva Economía, Sergio Marxuach, la situación debe prestarse para enmendar la ley orgánica de la AEE y sus reglamentos, a fin de evaluar la fórmula de ajuste por combustible y las funciones de la Junta de Gobierno. A través de dicha fórmula, la AEE le cobra a sus abonados los subsidios, el hurto de luz y la energía perdida.

"Seguimos teniendo un monopolio autoreglamentado, que tiene la capacidad legal de cobrarnos lo que quiera en todo momento. Ese es el problema de fondo y la salida de Cordero no lo arregla"...

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