'Cuando la muerte me encuentre, que sea volando'

Por Sandra Caquías Cruz

end.scaquias@elnuevodia.com

"Que así sea", respondió Bacó Feliciano un día antes de que su nave cayera en aguas de la bahía de San Juan. El cuerpo de Bacó Feliciano fue rescatado horas después.

La viuda, Elba A. Díaz, junto al hijo del occiso, Carlos Bacó, llegaron ayer al Instituto de Ciencias Forenses a identificar el cadáver.

Mari narró que, en la conversación que tuvo el martes con Bacó Feliciano, su amigo de más de dos décadas, este le comentó que al siguiente día llevaría su avioneta a Arecibo para "mecánica", pero no le brindó muchos detalles por lo que pensó que se trataba de "la famosa inspección anual".

"No era cosa de alerta roja", comentó.

Mari evitó hacer comentarios sobre las posibles razones de este accidente. La National Transportation Safety Board junto a la Administración Federal de Aviación (FAA) realizan la investigación. El accidente ocurrió el miércoles a las 2:20 de la tarde a unos 1,500 pies de la pista del aeropuerto de Isla Grande, donde se proponía aterrizar.

Recordó que Bacó Feliciano, quien era ingeniero, no dudaba al momento de defender a los pilotos y que hace unos días denunció los problemas con las luces de la pista que indican la altura a la que debe ir acercándose la nave.

Denniss Pérez, funcionario de la Administración Federal de Aviación, llegó ayer hasta el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para entregar un equipo con el que se realizan pruebas toxicológicas a los pilotos que mueren en accidentes.

"En todos los casos que requieren autopsia el ICF...

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