'La muerte no existe para elpoeta'

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

"Que te acoja la muerte con todos tus sueños intactos, al retorno de una furiosa adolescencia".

Álvaro Mutis en su poema Amén

Eso sucede cuando un peso pesado de la literatura muere. De repente, se va y se retorna a su obra en ese fútil intento de vencer la muerte por un rato; al menos mientras se lee todavía nos habla.

Mutis, al igual que todo escritor que haya alcanzado verdadera fama internacional, si bien tuvo confirmados lectores de lealtad visceral también tuvo sus intermitentes, sus lectores ausentes o infieles e, incluso, inexistentes. Muchos de ellos ayer repasaban algún título, buscaban en Google su nombre y se hacían la promesa de volver a él o, de no postergarlo más, y simplemente descubrir la obra que le valió máximos galardones en vida como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1997), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1997), Premio Cervantes (2001), entre otros tantos galardones y reconocimientos que recibió el creador de uno de los personajes más memorables -por lo vivo y lo vivido- de la literatura escrita en español, Maqroll el Gaviero, personaje en torno al cual desarrolló una contundente tajada de su producción literaria -por no decir casi toda- tanto poética como narrativa. No lo consideró jamás su alter ego sino algo así como un ser que se le apareció en la vida y pudo ver crecer.

"Si usted supiera que conocí a Maqroll de niño. Nació en Bélgica, hijo de madre belga y de padre de un país lejano... Bueno, quiero decir que lo inventé cuando era niño y, desde entonces, me acompañó siempre. Sospecho que debe venir de Croacia o Albania. Pero siempre ha estado conmigo desde la niñez", le contó Mutis al escritor y periodista Ángel Darío Carrero en la última entrevista que el fenecido autor concediera a este diario en noviembre del 2007.

En esa misma conversación, en la que reflexionó acerca de su relación con el mundo espiritual, con la poesía sobre la poesía misma e incluso sobre sus motivos para defender las monarquías, respondió ante la pregunta que todo ser humano se hace. Mutis fue preciso en su respuesta: "No, la verdad es que no le temo a la muerte. La muerte no existe para el poeta".

Además de su vasta obra, está el mito y la realidad en torno a su persona. Así como su entrañable amistad con Gabriel García Márquez a quien le leyó muchos de sus primeros manuscritos y con quien compartió a pesar de sus evidentes visiones políticas opuestas. Mutis, un hombre de...

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