Ni los muertos se salvan de la crisis fiscal

Por Marga Parés Arroyo

Mpares@elnuevodia.com

Al menos en el cementerio La Piedad, en Cupey, la administración del lugar ha optado por amenazar con expropiar los panteones de personas que han dejado de pagar el mantenimiento del camposanto donde descansan los restos de sus familiares.

En una visita al lugar, El Nuevo Día observó que, entre el verdor de la grama del camposanto y las coloridas flores dispersas por el lugar, sobre algunas lápidas y nichos la administración colocó rótulos advirtiendo sobre esta situación.

"Estimado cliente: Esta propiedad se encuentra en incumplimiento de contrato y enfrenta el riesgo de ser reposeída. Favor de visitar la oficina de administración. Atentamente, La Piedad Memorial Park", lee el pasquín.

Aunque en La Piedad está utilizando como alternativa de cobro estas pegatinas otros cementerios, también afectados por la falta de pago, siguen utilizando medios más tradicionales como las llamadas al cliente y las cartas de aviso por correo.

William Rivera, administrador del único cementerio del País que es administrado por la Iglesia Católica, aseguró que se vieron obligados a recurrir a esta estrategia de cobro ya que eran muchos los que debían el pago del mantenimiento anual del camposanto.

Aunque el coste del mantenimiento de los lotes asciende a $69.55 al año y el de los nichos es de unos $45 anuales, Rivera comentó que algunas deudas ascendían entre $500 y $1,000 ya que el dueño de la propiedad no pagaba desde hace varios años, en algunos casos, hasta décadas.

"Algunos (propietarios) nos dijeron, "qué bueno que nos avisaron", porque no sabían (de la deuda), pero a otros no les gustó (el modo del cobro)", dijo Rivera.

Según explicó, el cementerio La Piedad se encuentra bajo una nueva administración desde hace tres años. Tras adquirir el lugar y hacer un análisis del estado en que se encontraba su administración, se percataron de la cantidad de personas que habían dejado de pagar el mantenimiento.

La primera iniciativa fue enviarle cartas a los deudores, pero muchas les fueron devueltas pues ya la persona no vivía en la dirección que tenían registrada. También intentaron llamarlos por teléfono, pero igualmente muchos habían cambiado sus números telefónicos. Desde finales del 2011, entonces, optaron por colocar los rótulos sobre las propiedades.

"Muchos no pagaban el mantenimiento porque decían que no lo veían, que la grama estaba alta o no había grama, que las lápidas estaban sucias... Pero cuando vieron que...

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