¡Y los músicos seguían tocando.!

ABRAHAM LINKEWER

PRESIDENTE CÁMARA DE COMERCIO PR / ISRAEL

Patético cuadro social, la lucha entre nosotros mismos sin detenernos a pensar de que todos juntos somos el pueblo. Agresión en las carreteras, violencia en las familias, abusos y más abusos. Templos llenos para que nos digan lo que debemos respetar, y el resto de la semana para violar nuestras promesas.

Pronto estaremos en época de elecciones. La bachata a la orden y la perpetua duda de quién será el que nos dice la verdad en la política.

Incertidumbre y desesperanza, ante la falta de poder que nos da la dependencia del Congreso de los Estados Unidos que aún no se ha dado cuenta de que este pueblo quiere definición permanente. Quizás no seamos para ellos los socios que prefieren, pero el momento ha llegado para enviarles el mensaje de que somos lo suficientemente orgullosos para no seguir mendigando por los derechos que nos hemos ganado y que la ciudadanía americana nos ha adjudicado.

Mientras tanto gracias a la avaricia de los bancos y el desmadre de la Reserva Federal, más de un millón de familias han perdido su hogar, más de catorce de millones ya no tienen empleo, y muchos han perdido la esperanza de volver a trabajar. Cientos de miles de jóvenes en guerras sin sentido, que al regresar al país se encuentran sin recursos de salud, sin empleo, con familias destruidas, perdidas en la espera del regreso. Irán sigue sin interrupción a su carrera nuclear, y el presidente persiste en hacer diplomacia con quienes lo han engañado una y mil veces, y se han reído en su cara. Diplomacia de circo, como si quisieran convencer a la trapecista de que no se caiga, y al león de que no se coma a su entrenador.

La infantil política exterior del presidente, que ha demostrado ser más Hussein que Barak, ha castigado a sus amigos, y protegido a los enemigos de Israel, su único y verdadero aliado.

Tanta repetición de los mismos errores, que más bien pareciera ser una política prolijamente diseñada para no ofender sus raíces...

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