'Nació con ese don de ser pelotero'

El que pase por la explanada frente a la casa de Ángel Luis "Güi" Báez y Margarita Matías en Toa Baja, de primera instancia, no notará algo especial. Sin embargo, fue en esa misma llanura donde se comenzaron a forjar los sueños de un finalista a Jugador Más Valioso de las Grandes Ligas.Fue en la casa de sus abuelos paternos que el estelar jugador puertorriqueño de los Cachorros de Chicago, Javier Báez, pasó muchas tardes bateando con palos de escoba y tirando "a mano pelá".Baéz figura entre los finalistas al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, cuyo ganador será anunciado esta noche en transmisión especial de MLB Network desde las 7:00 de la noche, hora de Puerto Rico. El boricua competirá por el galardón contra Christian Yelich, de los Cerveceros de Milwaukee, y Nolan Arenado, de los Rockies de Colorado."De ahí fue de donde ellos salieron", recordó doña María en una reciente visita de El Nuevo Día a su hogar, mientras señalaba hacia al frente. Estaba sentada en la sala de su casa en el barrio Macún, en Toa Baja, acompañada de "Güi" Báez, su exmarido y quien fuera lanzador de la Selección Nacional de béisbol y del béisbol Doble A. También estaba Magda Báez, tía de Javier, quien no dejaba de sonreír al escuchar los relatos de sus padres."De ahí salieron, bateando con palitos de escoba", agregó —casi de inmediato— Güi, mientras hacía referencia a la planicie que hoy está cubierta de grama y sirve de espacio para aparcar autos."Llegaban en un carro grande que tenían los papás (de Javier Báez, Nelly y Ángel Luis). Se bajaban, y lo primero que hacían era abrir el baúl del carro, tiraban esos guantes, bolas, lo que fuera y se ponían a jugar. Y seguían llegando los muchachitos", continuó Margarita.Con los aparejos de béisbol repartidos, el hoy infielder de Chicago —y ganador de un Bate de Plata por su trabajo ofensivo— y sus hermanos, Gadiel y Rolando, se unían al resto de sus primos y amigos para disfrutar de horas de esparcimiento sano. Este ritual se repetía los sábados y los domingos, una vez los hermanos Báez, sus primos y los hijos de los vecinos terminaban sus compromisos deportivos con sus respectivos equipos.¿Y cómo terminaban los partidos? Pues con un gran caldero de arroz, cortesía de abuela Margarita.Un talento naturalAl hacer un inventario de las habilidades de su famoso nieto, Güi Báez sostuvo que Javier siempre demostró ser un jugador completo. "Javier nació con ese don de ser pelotero. Yo digo que es la sangre porque...

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