NC***Taco Bell se canta no culpable por caso federal en su contra
NC***Taco Bell se canta no culpable por caso federal en su contra
Mariana Cobián
mariana.cobian@gfrmedia.com
José L. Correa Adorno, mejor conocido como Taco Bell o Gordo, hizo alegación de no culpabilidad por uno de los dos casos de carjacking que enfrenta a nivel federal.
El acusado, quien supuestamente dirige una violenta ganga dedicada a robar en la zona metropolitana, fue trasladado esta mañana desde el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo, hasta el Tribunal Federal, en Hato Rey, para la lectura de acusación y vista de fianza por uno de los dos casos que pesan en su contra en dicha jurisdicción.
A Correa Adorno se le imputan cargos por dos casos de "carjackingâ y portación de un arma durante la comisión de un delito. Por estos mismos hechos, también se acusa a su presunto compinche, Anthony Rivera Rivera.
Durante la vista de este martes, la magistrada federal Camille Vélez Rivé le preguntó su edad y hasta qué grado estudió, a lo que el acusado contestó que tenía 21 años y que llegó hasta undécimo en escuela superior, grado que dijo fue "aprobado".
Al momento de la lectura de los cargos, su abogado Jorge Vega Pacheco lo dio por leído y solicitó que se reflejara que su representado se declaraba no culpable de todos los cargos.
En cuanto a la fianza, no rebatió la recomendación de la Oficina con Antelación al Juicio que recomendó permanezca detenido por la naturaleza de los cargos en su contra y por tener otros casos, tanto a nivel estatal como a nivel federal.
Hay una conferencia de estatus del caso pautada para el 8 de septiembre ante el juez federal Pedro A. Delgado.
Correa Adorno y Rivera Rivera fueron acusados por hechos ocurridos el 10 de agosto pasado a las 12:40 a.m. en el estacionamiento del centro comercial Plaza Escorial, en Carolina.
Según la acusación, ambos asaltaron a un guardia de seguridad de la compañía Universal Protection Company cuando iba a montarse en su automóvil Mitsubishi Lancer. En eso, un carro negro se le acercó a toda prisa y se detuvo a dos o tres pies de distancia. Del vehículo se bajó un sujeto de ojos rasgados, quien vestía camisa azul, mahones negros y tenía una máscara que cubría su boca. El hombre le apuntó a la cabeza con un arma color plateada. El conductor también se bajó y ambos le ordenaron al guardia que no los mirara y que les entregara las llaves del Lancer, o le dispararían.
La denuncia federal establece que el...
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