'No soy de aquí ni soy de allá'

ORLANDO, Florida.- A sus 70 años, el exjuez puertorriqueño Nelson A. Díaz decidió sentarse a escribir sus memorias.Su historia, al igual que la de muchos de los más de cinco millones de boricuas que viven en Estados Unidos, recoge la lucha de los puertorriqueños que sienten que no de aquí ni son de allá.Esa frase contradictoria, que es el nombre de aquella canción de Facundo Cabral, es también el título del libro de Díaz."Lo escribí para que se entienda la lucha que tenemos los puertorriqueños que vivimos en Estados Unidos, que no nos aceptan aquí porque somos hispanos, pero cuando regresamos a la isla tampoco nos aceptan porque nos consideran americanos", dijo con un tono de tristeza y resignación.De niño, en Nueva York, lo discriminaban por su acento hispano, su nombre y apellido. Y cuando venía a Puerto Rico le decían el americanito porque ya tenía en su acento esa musicalidad particular de quien ha estado inmerso en el idioma de Shakespeare.En la autobiografía, Díaz no solo resume parte de la historia de su vida, a partir del día que su madre, María, tuvo que emigrar sola con él a Estados Unidos cuando apenas era un niño, si no también cómo ya de adulto y profesional exitoso, intentó ayudar a Puerto Rico desde la distancia, apoyo que en muchas ocasiones fue rechazado por los líderes gubernamentales isleños de turno, narró a este diario.Díaz, quien entre otras labores sirvió en una de las empresas eléctricas más grandes de Estados Unidos, contó que durante la administración del gobernador Alejandro García Padilla integró una comisión que se creó para atender el tema de la deuda, así como la junta de gobierno de la Autoridad de Energía Eléctrica."Pero, cuando ocurre el cambio de gobierno, me dijeron que no me necesitaban más y me salí. Cuando venía el huracán María recuerdo que les aconsejé que la mejor manera para recibir ayuda era hacer contactos con las compañías eléctricas acá. Yo fui asesor del Departamento de la Vivienda bajo el presidente Clinton y sé cómo manejar con emergencias. ¿Crees que escucharon mi consejo? No. Se fueron y contrataron a Whitefish, que solo tenía dos empleados, y ya todos saben lo que pasó", narró Díaz."Si hubieran seguido mi consejo, no le hubiera costado tanto ni se hubieran tardado demasiado en restablecer el servicio eléctrico", agregó.Contó que su niñez en Estados Unidos discurrió durante la época de las gangas, pero eran también los años en que cobraba fuerza el movimiento social por los derechos...

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