'No creo que mi legado deportivo va a ser afectado'

El 10 de julio del 2010, la puertorriqueña Beatriz "Gigi" Fernández recibió uno de los máximos honores a los que puede aspirar un atleta. Ese día, fue exaltada al Salón de la Fama del Tenis Internacional en Rhode Island.Ese reconocimiento, el de ser inmortalizado entre la élite de su deporte, la reafirmó como una de las mejores deportistas nacidas en Puerto Rico. No es para menos, considerando sus 17 títulos de grand slam en la modalidad de dobles, donde fue número uno del mundo. A Puerto Rico le dio seis medallas combinadas entre Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.Pero su decisión de representar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Atlanta 1996 le ganó el rechazo por parte de un sector de la fanaticada del deporte en la isla. Fernández ganó oro en ambas justas, y siempre enfatizó en que su decisión de representar a Estados Unidos se debió a que era la única manera de ganar un oro olímpico, considerando que en Puerto Rico no encontraría una buena compañera de equipo para optar al podio.Ahora, a sus 55 años de edad, Fernández quiere dejar atrás el tenis y asume una próxima meta para cumplir: conseguir la estadidad para Puerto Rico. Ella se describe como "activista política", y desde el viernes también forma parte de la llamada Comisión de la Igualdad, tras ser designada por la gobernadora Wanda Vázquez Garced a este grupo cuyo propósito es abogar por la estadidad.Acostumbrada a competir en los grandes escenarios como deportista, ahora Fernández quiere destacarse en la arena política. Y reconociendo los polos opuestos que existen en ese ámbito, no le teme a que su legado deportivo quede opacado o, peor aún, inexistente entre una nueva generación de jóvenes que solo le conoce por sus publicaciones en Twitter.Esta semana, Fernández realizó una corta visita a la isla para ‘echar la bola a correr’ en su nueva fase de vida. Tan pronto aterrizó, generó polémica al publicar en sus redes sociales que había sacado su tarjeta electoral para votar en el país, pese a que vive en Estados Unidos hace 25 años y, según ella misma reveló, no había pisado suelo boricua en 17 meses. Pero la polémica ya es algo que ha perseguido a Fernández desde sus días de tenista.En medio de una ajetreada agenda de reuniones y apariciones públicas, Fernández se sentó a conversar con El Nuevo Día sobre el porqué de esta nueva faceta, su rol en el verano del 2019 y los objetivos que se ha fijado en la arena política.¿Por qué en esta etapa de su vida, a los 55 años, es importante entrar en esta arena política?—Cuando cumplí 55 años en febrero, hice un análisis de mi vida. He vivido siempre buscando metas. Cuando jugaba tenis, mi meta eran ganar grand slams y medallas. Luego, fui mamá y quería ser la mejor mamá posible. Mi vida ha sido guiada por metas. Yo tengo un negocio de tenis muy exitoso. Llevo a las personas a los grand slams, al Laver Cup, y acabo de regresar de Ginebra con 25 clientes. Celebro campamentos en Tampa, en...

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