'Yo no he dejado de arbitrar nunca'

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Tiene 76 años y medio, es árbitro de béisbol desde los 14, y en todas esas décadas les ha cantado jugadas a niños, jóvenes, peloteros aficionados, y estrellas de Grandes Ligas como Roberto Clemente, Orlando "Peruchín" Cepeda, Santos Alomar y Félix Millán.

Aunque estudió tres años en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Interamericana, terminó un grado de Administración de Empresas y montó un negocio, asegura que "yo no he dejado de arbitrar nunca". Y tampoco ha dejado de estudiar. Tiene cinco libros de reglas que continúa leyendo. "Uno en la mesita de dibujo de cuando trabajé como delineante; uno en el maletín, uno en el baño", cuenta entre risas.

Y hace tres años se integró al Club Deportivo Tú y Yo en el que juegan abogados, maestros jubilados, músicos, trabajadores de la industria de alimentos, periodistas y profesores.

Su compromiso con los juegos sabatinos se suma a las rutinas de ejercicio que hace dos veces en semana, lo que le permite estar en buen estado físico, pero explica que "la satisfacción más grade es que estas amistades no las puedes comprar". Allí disfruta de una camaradería y solidaridad que se cuelan entre chiste y chiste y que fingen tambalearse cuando le canta una jugada contraria al gusto del pelotero. Sin embargo, Zalduondo asegura que siempre sale bien porque aprendió a ser medio psicólogo con los jugadores para no pelearse con ellos.

De los tiempos de gloria del béisbol, recuerda encontronazos con algunos, pero dice que siempre tuvieron un final armonioso. "Víctor Pellot, el pelotero puertorriqueño que más quisquilla tenía, me decía: 'Pupi, ¿cómo es posible que no te pueda caer encima?'... Y yo le decía: 'porque aquí adentro, lo que hago son amigos'", sostiene.

Uno con el que tuvo un encontronazo fue Roberto Clemente", pero de ese se apresura a afirmar que, "sin lugar a dudas, el mejor pelotero que yo he visto en mi vida se llama Roberto Clemente. Nunca salía a jugar si no estaba preparado".

Y él puede decirlo con propiedad. En 1949, con apenas 14 años, empezó a trabajar en las Pequeñas Ligas de la que ahora se conoce como Administración de Recreación y Deportes. Allí trabajó como árbitro hasta los 17 años.

"También trabajé en lo que era las Futuras Estrellas, una clasificación que había de muchachitos que salían de las Pequeñas Ligas, y en la Liga Clase A, en el Canódromo, en Santurce. Trabajé en Ligas Babe Ruth con don Rafael Hernández, el...

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