Que no paguen los platos rotos

Por María Marín

Especial El Nuevo Día

Pero la triste realidad es que más tarde empiezan a faltar ciertas cosas en el hogar, como la falta de dinero, falta de comprensión, falta de respeto, falta de confianza y por último la falta de amor. Es así como muchos matrimonios se desintegran.

La parte más difícil de un divorcio no es separar los bienes gananciales, sino tener que separarte de tus hijos para compartirlos con tu ex por ciertos períodos de tiempo. Hay parejas que deciden quedarse juntas para no perjudicar a los niños.

El debate sobre conservar o no una relación por los hijos es de los más polémicos. En mi opinión -con la cual muchos podrán diferir- un matrimonio deteriorado donde la pareja se siente miserable y el amor se acabó, no debe continuar sólo por los niños. Los hijos se sienten responsables de la felicidad de sus padres. Si estás infeliz, ellos también lo estarán y aunque trates de ocultarlo, lo percibirán.

La mayoría piensa que un divorcio arruinará el futuro de un niño, pero el divorcio no es realmente lo que perjudica a los hijos, mas la relación que tengan los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR