'Uno no se puede quedar aquí'

GUAYANILLA.- Los vecinos de la comunidad El Faro, en este municipio, cuyas residencias se inundaron por la subida en el nivel del mar luego del terremoto de enero, temen que la marejada asociada al potencial ciclón tropical nueve reviva su pesadilla de hace casi siete meses.Por eso, desde temprano en la mañana de ayer, hacían gestiones para "dejar todo en orden" en sus hogares y reubicarse con familiares o allegados en otros sectores y barrios guayanillenses."No nos quedamos aquí. Me voy para casa de un familiar aquí mismo en el pueblo. Yo estoy loco por conseguir una casa fuera de El Faro. Con esto de los temblores y huracanes, uno no se puede quedar aquí", dijo Idel Ortiz, de 67 años, mientras instalaba tormenteras en las ventanas de su hogar.El hombre contó a El Nuevo Día que ya había recogido "toda la cantería suelta del patio", ante la posibilidad de que el viento del potencial ciclón tropical la convierta en proyectiles. A las 5:00 p.m. de ayer, el disturbio atmosférico tenía vientos de 45 millas por hora, y el Servicio Nacional de Meteorología anticipaba lluvia significativa.Otro que hacía gestiones para irse era William Torres, de 58 años, quien pasaría el mal tiempo en la casa de un familiar en el casco urbano."Nos quedaremos allá hasta que pase la tormenta. Ayer mismo (martes), el nivel del mar subió otra vez y llegó hasta justo al frente de mi casa", dijo Torres, cuya vivienda colinda con un humedal que tampoco ha dejado de subir de nivel desde el terremoto.El paso cercano de lo que ayer continuaba siendo una onda tropical con potencial de fortalecerse preocupaba sobremanera a los residentes de municipios del sur que aún no se recuperan del impacto de los terremotos que comenzaron a principios de año y aún no dan tregua.Poco después de las 3:00 p.m., Margarita Ramos y Bárbara Giudicelli, madre e hija, terminaban de empacar "todo lo de valor" para dejar su casa en El Faro e irse con un familiar. Entre ambas, llevaban bolsas con ropa, sábanas, medicamentos, mascarillas, desinfectante de manos y alcohol, entre otras cosas. Ya habían montado en el carro un abanico, dos "mattresses" de aire y agua embotellada."Nos vamos porque no sabemos cómo van a estar las condiciones en el mar y la inundación con el terremoto fue bien fuerte. Con la subida de ayer (martes), cogimos un poquito de...

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