'No se puede vivir odiando'

Por Fernando Ribas Reyes

fribas@elnuevodia.com

Quien conocía la enemistad entre las voleibolistas Eva Cruz y Sheila López todavía no sale de la sorpresa al verlas hombro a hombro, compartiendo, dentro y fuera de la cancha.

"Nadie se lo cree", reconoció Cruz.

Pero es cierto.

Sheila y Eva son compañeras nuevamente en las Mets de Guaynabo, lugar donde ambas comenzaron sus carreras a donde han vuelto a compartir el camerino, chocar manos en cancha y compartir sugerencias durante el juego.

"Al principio estábamos ahí, ahí, pero hemos ido trabajando. Según vayamos hablando, se van limando asperezas", confío Cruz.

Todo esa unidad dista mucha de la enemistad que llegaron a vivir y que laceró una relación que tuvieron en el pasado.

Era mediados de los 90 cuando Sheila debutó de 'teenager' en el voleibol Superior con las Mets. Eva ya llevaba varios años jugando para las Mets. Ambas dicen que la amistad era entonces tal que hasta se visitaban en sus casas.

Las dos eran -y lo son- buenas jugadoras, atacantes de fuerza. Pero Sheila tenía, además, fama de nena mala y de guille de estar buena. Por su parte, Eva era volátil y orgullosa.

Se separaron cuando Sheila se fue a jugar a San Juan y entonces comenzó la enemistad, siendo la chispa el carácter competitivo de ambas.

"No era odio porque no soy persona de odio. Era rencilla. Ella estaba en otro equipo y somos jugadoras buenas. Ahí es que vienen las batallas por debajo de la malla. También hubo cosas fuera de la cancha que aumentaron la enemistad", recordó Eva.

Las cosas no se hablaron a tiempo entre Eva y Sheila y la situación explotó: hace seis años, en una discoteca concurrida por gente de voleibol, Eva y Sheila discutieron y terminaron peleando.

No volvieron a hablarse más, aunque hipócritamente tuvieran que chocar manos en los saludos prejuego, Eva entonces jugando en Juncos y Sheila en Bayamón.

Pero el año pasado, Sheila tuvo el presentimiento de que sería cambiada a Toa Baja o a Guaynabo. Dudó que fuera a Guaynabo porque allí estaba Eva de vuelta.

Y se equivocó; la cambiaron a Guaynabo. Entonces quien se equivocó fue Eva, quien pensó que la cambiarían de equipo para hacerle espacio a Sheila en la posición de opuesto.

No pudieron evitarse y, sin más remedio, tuvieron que encontrarse en Guaynabo sobre todos los lugares. Guaynabo es el territorio de Eva, pues allí dio sus mejores años y allí trabaja. De Guaynabo se fue Sheila de malas.

Si sería así, dijo Sheila, primero tendrían que hacer una reunión...

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