'No significa nada para Mí'

Por José A. Sánchez Fournier

Enviado especial

El fin vino tras nueve asaltos de combate y antes de que comenzara el décimo, cuando el réferi Steve Smoger detuvo la contienda debido a que Margarito había recibido demasiado castigo en sus lesionados pómulo y ojo derecho.

Con la victoria, Cotto retuvo su título de las 154 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y mantuvo viva la racha puertorriqueña de sobre 36 años con al menos un campeón mundial activo.

"Margarito es un peleador fuerte. Pero yo soy mucho mejor que él", dijo Cotto tras la pelea. "Estoy muy contento y orgulloso de lo que logramos hoy".

"Me siento bien. Hice mi trabajo y gané la pelea. Gracias a todo el público. Los quiero".

Lo primero que el boricua hizo tras subir al ring al ritmo de Calle 13 fue arrodillarse frente a una de las esquinas neutrales, bajar la cabeza, rezar y persignarse. Poco después, Margarito, con barba y el pelo tejido en trenzas, hizo lo mismo en la esquina azul.

Cotto abrió el primer asalto acertando una derecha en contragolpe y una fuerte combinación, para luego 'hincar' a Margarito con el jab mientras boxeaba en retroceso. También marcó el cuestionable pómulo derecho del mexicano con el jab de izquierda y lo siguió con un potente óper.

Margarito ripostó con una larga derecha al final del episodio, que ganó claramente del boricua. Lo primero que hizo Francisco Espinoza durante el minuto de descanso fue trabajar el pómulo derecho a su púgil.

En el segundo, Cotto abrió agresivo, pero la presión del azteca lo puso a boxear en reverso. Aun así, conectaba los mejores golpes y mostraba una hermética defensa ante la artillería opositora.

Pero Margarito apenas calentaba y cerró con un fuerte derechazo al abdomen de su oponente. Mientras esperaba la campana del tercero, Junito tocó dos veces el tatuaje de su padre que lleva en la espalda, como diciéndole que la venganza venía en camino.

En ese episodio el ojo derecho de Margarito comenzó a hincharse y sangrar levemente. El azteca buscó el intercambio rudo. Cotto se lo dio, imponiendo respeto con fulminantes ganchos en el cuerpo a cuerpo, que tambalearon al 'Tornado de Tijuana'.

Cuando sonó la campana del final del tercero, el rostro de Margarito estaba hinchado y lucía algo frustrado.

Cada vez que le pegaban en el ojo, Margarito sonreía. Cotto le dió una sólida derecha a la cual el mexicano respondió moviendo su cabeza en negativa. Pero Miguel mantuvo la calma y seguía en desplazamiento lateral. El de...

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