'No hay Que tener miedo'

Por Ana Teresa Toro .ana.toro@elnuevodia.com

Marisé "Tata" Álvarez tiene una niña en la sonrisa y una mujer en la mirada. Es menuda, ojos grandes, pelo largo y por más cansada que esté, la ves por ahí, y siempre parece muy despierta. Emana vida y eso es contagioso.

Para muchos es un rostro familiar pues, con más de diez años de trabajo en el teatro y en el cine en la Isla, ha trabajado tanto en producciones masivas como en teatro callejero. Forma parte del elenco de Teatro Breve, actualmente figura como una de las actrices de la película I am a director, se prepara para el estreno de la obra teatral Historia de horror casi en blanco y negro y es parte del grupo de actrices que dan vida al proyecto web Chamacas que sube a la red cada miércoles en el canal Nuevon de Sofía Vergara en YouTube. Esto además de protagonizar cada miércoles la pieza ¿Cortadito o capuchino? en Abracadabra.

Se trata de una actriz joven, haciendo y viviendo del teatro en Puerto Rico por una razón muy sencilla: entendió a tiempo que cuando se descubre una pasión como esa no debe abandonarse por nada del mundo.

Quizás de pequeña lo sospechaba porque era la niña que, con poco más de un año, le pedía pulseras a su mamá y como no había pulseras de ese tamaño su madre le compraba pantallas de argolla y se las colocaba en las manitas a la niña que necesitaba escuchar el tilín tilín del pulseraje.

Esa niña nació en San Juan y se crió en Floral Park, hija de Marelsy Hernández Linares, una maestra y de José Álvarez "Pito", un propietario de una empresa de servicios de exterminación y hermana mayor de José Martín Álvarez Hernández a quien le lleva 6 años y a quien le debe el apodo por el que casi todo mundo la conoce "Tata". Aunque nadie en su familia se dedicó profesionalmente a las artes, vena no faltó. "Mi papá es un comediante que nunca ejerció, mi tío Snowden siempre fue de bailar en Areyto, de tocar guitarra y mi abuela María Elisa Linares cantaba en las bohemias. No heredé su voz pero a veces cuando me estoy preparando o me maquillan, digo, abuela esto es para ti", cuenta Marisé.

Pero cuando llegó el momento de ir a la universidad, no entró con la idea de ser actriz. Saltó de facultad en facultad hasta que se decidió por completar un bachillerato en educación. Solo faltaba una clase: educación en teatro que tomó con William Padín. Tenía 20 años.

Por esas fechas, su madre sufría de cáncer y antes de fallecer le dio la lección...

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