Ya no vale pájaro en mano...

Las nuevas tendencias en el béisbol de Grandes Ligas no solo impactan la manera en que se ejecuta este deporte dentro del terreno, sino también en el modo en que se juega la ‘pelota dura’ en la mesa de negociaciones.

Luego que el campocorto de los Indios de Cleveland, Franciso Lindor, rechazara el pasado año una oferta de $100 millones para una extensión contractual, según reportó inicialmente Sports Illustrated, no sería extraño que los próximos puertorriqueños en recibir ofrecimientos similares sean el jugador de cuadro Javier Báez, el campocorto Carlos Correa, los lanzadores José Orlando Berríos y Edwin Díaz, y el jardinero Eddie Rosario.

Ya en el caso de Berríos, el bayamonés tuvo sobre la mesa un ofrecimiento de extensión contractual de parte de los Mellizos de Minnesota antes de iniciar la actual campaña.

“Lo que nos ofrecieron no nos abrió el apetito para nada”, dijo el agente de Berríos, el puertorriqueño Melvin Román, sin querer precisar los términos de la oferta. “Pero estamos contentos de que el equipo piense que Berríos puede ser uno de sus jugadores del futuro. Esta va a ser apenas su primera temporada completa y eso hace una diferencia enorme a la hora de uno poder negociar y buscar un mejor contrato”, agregó Román.

En la reciente visita a Puerto Rico para la serie de dos partidos ante Cleveland, el dirigente de los Mellizos, Paul Molitor, habló sobre el tema y dijo estar consciente de la nueva dinámica.

“Tenemos jugadores jóvenes talentosos. Creo que la naturaleza del juego ahora, es hacer planes para reconstruir los equipos alrededor de ellos. No creo que es mi rol (como dirigente). Yo me preocupo por cuántos de estos muchachos puedan jugar. Estamos honrados de cuidar de ellos”, dijo Molitor a preguntas de El Nuevo Día. “Esa es parte de la estrategia (del equipo). Tener un número de jugadores jóvenes que sean parte de nuestro futuro”.

En algunos casos, la propuesta de una extensión contractual es tan jugosa que resulta difícil rechazarla, pero hay casos en que el jugador y su agente declinan el ofrecimiento y esperan un mejor momento para negociar, en lo que el pelotero aumenta su valor. La negociación puede ser antes de ser elegible para arbitraje salarial, o más adelante, previo a convertirse en agente libre.

Después de su debut en las Mayores, un pelotero está atado a su organización durante seis años de servicio (no seis años naturales) devengando el salario mínimo. Pero luego del tercer año de servicio, el jugador es...

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