Que no vuelvan a la mina

VÍCTOR J. LLADÓ

PSIQUIATRA OCUPACIONAL Y FORENSE

Ese periodo de los primeros 17 días en que no se tenía rastro de los mineros, tiene que haber sido profundamente traumático en lo psicológico. Sin pretender menospreciar la comprobada resiliencia de este increíble grupo de mineros, durante esos primeros días tuvieron que haber ocurrido situaciones pavorosas que quebrantaron su salud física y emocional y dejaron hondas huellas psicológicas que serán perennes. Completado el tratamiento médico inicial indispensable, es preciso insistir en la necesidad de ofrecer orientación y psicoterapia continuada, pues hay un alto riesgo de caer en ignorar este componente emocional una vez sobrepasada la crisis inicial y en este mar de triunfalismo donde comienzan a llover ofertas de los medios.

La virazón y azote emocional retrasado que con frecuencia asiste en este tipo de eventos traumáticos catastróficos, es avasallador, terrible y súbito. Clínicamente hablando, se trata de entidades como el síndrome de angustia postraumático, depresión mayor aguda y grave, trastorno de pánico con agorafobia y claustrofobia, condiciones todas estas que requerirán tratamiento psicoterapéutico y en la mayoría de los casos, también por...

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