La noche que el Bithorn vibró

Por Joel Ortiz Rivera

joel.ortiz@elnuevodia.com

En tiempos en que las reglas internacionales no permitían que los peloteros profesionales se mezclaran con los aficionados, mucho antes del Clásico Mundial de Béisbol, el 1 de diciembre de 1993 se materializó un partido de exhibición en el que la temible escuadra cubana accedió a medirse con los Senadores de San Juan de la liga invernal boricua.

En aquel momento los cubanos poseían todos los campeonatos del béisbol aficionado, tenían una cadena de 100 victorias consecutivas en torneos avalados por la Asociación Internacional de Béisbol Amateur (AIBA) que databa a los Juegos Panamericanos de 1987 en Indianápolis y venían de ganar el oro en los Juegos Centroamericanos de Ponce 93.

"El primer recuerdo que me viene es la gran cantidad de personas que fue al Bithorn", dijo Carmelo Martínez, integrante de aquella edición de los Senadores. "Ellos hicieron unas prácticas del 'infield' antes del juego y todo el equipo de Puerto Rico salió a verlos".

A quien más recuerda Martínez es al lanzador abridor Lázaro Valle, por el pelotazo que le pegó en uno de sus turnos, pero en el plantel cubano figuraban jugadores como Omar Linares, Víctor Mesa, Lourdes Gourriel, Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Rolando Arrojo, Osvaldo Fernández, Germán Mesa, Eduardo Paret y Gabriel Pierre.

Los Senadores, que marchaban primeros en el torneo local, tenían en su plantel a los jugadores de las Mayores, Carlos Baerga y Edgar Martínez, además de figuras como Carmelo Martínez y los prospectos Carlos Delgado y López.

"Lo que trajo Cuba fue un equipazo", recordó Baerga. "Cuando hicieron sus prácticas además del equipo de Puerto Rico que salió a verlos, el público se quedó asombrado. Y era un lleno total".

El Bithorn acogió aquel día sobre 20,000 fanáticos, según las reseñas de la época, incluyendo sobre 40 escuchas de organizaciones de las Grandes Ligas y de Japón. Debido a que en el ámbito aficionado se utilizaba el bate de aluminio, y en el profesional la madera, se le dio la opción a los jugadores de los Senadores de utilizar aluminio, aunque no todos los hicieron. Martínez, por ejemplo, usó solamente madera.

Según reseñó El Nuevo Día, Lázaro Valle fue el abridor por los cubanos, y mantuvo los bates boricuas amarrados durante cinco entradas. Por San Juan abrió Carlos Reyes, de ascendencia cubana.

Pero en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR