El novedoso fulgor de los nuevos partidos

Por Benjamín Torres Gotay

btorres@elnuevodia.com

La cosa, podría decirse, está buena para los nuevos partidos.

Lo primero que salta a la vista de este fenómeno es la confirmación adicional de una sacudida telúrica que hace tiempo viene dando estertores y que ahora ha alcanzado su mayor vigor. Cada día, como han demostrado múltiples encuestas, es menos la gente que encuentra cobijo en las anacrónicas y excluyentes estructuras de los partidos tradicionales. A menos de seis meses de las elecciones, una inmensa cantidad de personas no acaba de decidirse por ninguno de los candidatos a la gobernación de los partidos tradicionales. Es posible, además, que sea la primera vez en la historia de las encuestas políticas que el candidato a la gobernación en la delantera, en este caso Alejandro García Padilla, no alcance siquiera el 40% de las simpatías.

De ahí, pues, que tanta gente esté mirando hacia otro lado, a ver qué encuentra, y ahí está el pasto verde, anaranjado o cualquiera que sea el color de los otros partidos tentándolos con su novedoso fulgor. Las colectividades mayoritarias, que se han repartido el poder a partes iguales durante los últimos 40 años (20 años del PPD y 20 años del PNP desde el 1972), no han podido frenar el deterioro general que ha vivido Puerto Rico durante ese periodo y cada día más gente se está dando cuenta de eso.

En este momento, sin embargo, los que tiraron la toalla con el PPD y el PNP no son tantos como para ganar una elección. Ambos, por las razones que sea, siguen teniendo un arraigo inmenso en la población.

En las últimas elecciones, apenas 93,283 electores votaron contra los candidatos de los dos partidos mayoritarios, 53,693 por Rogelio Figueroa, líder del PPR y 39,590 por Edwin Irizarry Mora, quien aspiró por el PIP. Las encuestas parecerían indicar que los partidos alternativos están en mejor posición que en el 2008 para segar en el frondoso sembradío de desasosiego que hay en Puerto Rico. Pero no hay nada que indique que va a ser en una cantidad muy distinta de las pasadas elecciones.

Esto no quiere decir, sin embargo, que su participación vaya a ser inconsecuente.

Si no lograran nada más, el solo hecho de ir sembrando en la conciencia del país la idea de que hay maneras distintas de hacer las cosas, es de por sí un...

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