Nueva entrega de la saga de un cartel
Por Tatiana Pérez Rivera
tperez@elnuevodia.com
Acostumbrado a que, cuando de narcos se trata, cada arresto tiene otra historia que pocas veces sale a la luz pública, el autor colombiano se puso en contacto con los agentes de la Agencia Federal Antidrogas (DEA) que diligenciaron su entrega y convicción para resolver sus problemas con la justicia por los mismos cargos, narcotráfico, a inicios del 2001.
Quienes le encarcelaron fueron sus intermediarios con la persona dentro del círculo de Montoya que lo había delatado. Se trataba de "Carmelo". El mismo día de la petición llamó a López López. Se coordinó un encuentro y nació un libro: "El cartel de los sapos 2". Lo que Carmelo vio y escuchó se trasladó a las páginas del libro.
En estos tiempos, el silencio ya no es sinónimo de protección. "Creo que en nuestros países, y me temo que incluido el tuyo, los que nosotros creemos son los buenos no siempre lo son y viceversa. Esa necesidad de exponer esa complicidad con las fuerzas que se supone deban combatir al narco, abre la puerta para que denuncien", dice el caleño nacido en 1971.
"El cartel de los sapos 1" tuvo una exitosa versión televisiva que se emitió en el mercado hispano, incluido Puerto Rico. Ahí López López se atrevió "a hablar de frente" y reconoce que la sociedad colombiana hoy se siente cómoda con hablar estos temas "sin tapujos". "Ya son conscientes de la complicidad entre el Estado y los narcos; parecería que no tienen velas en ese antierro, pero sí", explica sobre el ajuste de cuentas entre ambos bandos.
Como resultado, opina, hoy los sectores oficiales son más cuidadosos en cruzar esa línea hacia el mal.
"Yo no conocía a Carmelo, yo era de una generación anterior a la de él. Jamás me pidió dinero, en ese momento su situación económica no era tan crítica, pero terminó muy mal", anticipa sin revelar el final del libro.
Trabajó el texto con la urgencia de contar, de exponer orígenes y verdades, y corroboró tanto versiones como sucesos con autoridades estadounidenses ligadas al tráfico de drogas.
"Claro, este libro no es palabra de Dios, es el punto de vista de Carmelo", dice en torno al hijo de un pistolero que se convirtió en el jefe de seguridad de Montoya, un "testigo privilegiado y protagonista de la guerra que se vivió en el corazón del cartel del Norte del Valle", según promociona el libro.
López López asegura que fue fiel a una de sus máximas: si siente miedo mientras escribe, "más quiero hurgar y llegar al fondo".
De la...
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