El nuevo orden

Cuando cerca del filo de la medianoche del pasado 24 de julio Ricardo Rosselló pronunció las palabras que todo el país había estado esperando por dos semanas que parecieron dos décadas -"les notifico mi renuncia al cargo de gobernador"-, el rugido de la celebración estremeció los cimientos de la isla de Puerto Rico.Los bailes, los abrazos, los cantos, el llanto, los cacelorazos, hasta el perreo, vibraron sin bajar la intensidad hasta bien entrada la madrugada.Temprano al otro día, se había acabado la celebración.Un pueblo que, de súbito, encontró una fuerza que no sabía que tenía, quiere más. Una población que lleva décadas viendo a unos pocos repartirse entre ellos y despilfarrar lo que es de todos, y que creía que eso era algo irremediable, vio que tenía maneras de cambiarlo.El país que vio en Ricardo Rosselló -un hijo del privilegio, quien llegó a gobernador sin merecerlo y sin siquiera tener capacidad para ello- el símbolo del abuso que ha sido sometido por siempre, está ahora buscando otros símbolos a través de los cuales seguir marcando territorio en este nuevo orden de las cosas con el que, amorosamente, nos sorprendió el ardiente verano del 2019.En la euforia que se sigue viendo en las calles después de la renuncia de Ricardo Rosselló, se ve que la gente no se ha dado por satisfecha con la mera dimisión del todavía gobernador.Le toca el turno, por ahora, a Wanda Vázquez. Pero sería un error pensar que esto se trata solo de Wanda Vázquez, como en el fondo tampoco se trató solo de Ricardo Rosselló.Es, en realidad, contra lo que representan ambos. Es contra el sistema político cerrado y excluyente, que ha hecho creer a cierta casta que el país solo les pertenece a ellos y actúa acorde con esa creencia.Es contra la corrupción, el nepotismo, el favoritismo, los contratos jugosos a amigos, los reclutamientos para puestos grandes y pequeños solo a gente afiliada al partido, los salarios exorbitantes mientras la población vive entre carencias, contra el desempleo, la pobreza y la desigualdad.Es, en resumen, contra todos los males que la sociedad fue viendo desarrollándose ante sus ojos aterrados, mientras quienes se suponía que pusieran orden -la clase gobernante-, por el contrario, se beneficiaba de este orden torcido de las cosas.El país ya ha visto eso suficiente y, según demostró en las pasadas semanas, se cansó.El panorama no pinta bonito en el futuro inmediato para quienes tienen control del país.Si no se designa y se confirma un...

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