Obsesión por un latido

Con dos pequeños frascos que recibió de manos del presidente de una empresa farmacéutica, el cardiólogo Pablo Iván Altieri cambió para siempre los tratamientos que reciben los pacientes con fallos cardíacos alrededor del mundo.Años antes, al observar el movimiento de los ventrículos durante un cateterismo, el cardiólogo añasqueño logró identificar un error cometido por expertos de la Universidad de Harvard y, en un simposio, presentó los hallazgos que hicieron que se revisaran las guías sobre cómo se mueve el corazón.En sus más de 40 años de carrera profesional, el catedrático e investigador del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha dejado marcas indelebles en el campo de la cardiología local y mundial. Fue parte del comité consultor que encaminó la construcción del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. Ha completado más de 370 publicaciones, ha participado en más de 300 conferencias y descubrió que los puertorriqueños poseen tres genes que los protegen del desarrollo de enfermedades coronarias."Tengo claro, desde que me gradúe del Recinto Universitario de Mayagüez, que el énfasis mío es hacer mi trabajo y publicarlo al mundo entero. Hay que hacer investigación, eso es clave en el área clínica", sostuvo el galeno de 75 años, quien se graduó de Ciencias Médicas en 1967 e hizo su especialidad en la Universidad Estatal de Ohio.Fanático del béisbol, Altieri analiza el estilo como dirigente de Alex Cora durante la Serie Mundial con la misma rigurosidad que explica su recién descubierto interés por las aplicaciones de la física cuántica en la medicina.Desde niño quiso ser médico. Recordó que, cuando muy pequeño, le aseguró a su padre que sería doctor. De esos días, también recuerda cuando, en la sala de su casa en Añasco, coincidían el fundador del Partido Estadista Republicano, Miguel García Méndez, y el fundador del Partido Popular Democrático, Luis Muñoz Marín, para tomar café con su padre."Mi vida ha sido muy feliz, me crie en un hogar muy feliz. Cuando tenía 4 años, me encantaban las comiquitas de Dick Tracy, Shazam, Robin Hood, y mi mamá se sentaba en mi cama y me las leía. Desde chiquito me interesaba mucho la lectura, creo que viene de mi madre", expresó.¿Cómo decidió combinar su práctica clínica con la investigación?—Yo siempre he estado claro que la información se tiene que divulgar, y más en la medicina. Es tan importante que los médicos se mantengan al día en todo lo que está pasando. El...

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