Obtiene un premio mayor

Por Joel Ortiz Rivera

joel.ortiz@elnuevodia.com

Por eso ayer, aunque hubo palabras de felicitación, abrazos, fotos y autógrafos, Martínez reaccionó con tranquilidad a las peticiones de amigos, vecinos y fanáticos una vez salió tempranito en la mañana a dar una vuelta por el barrio. Eso sí, la gente le reconoció el gran esfuerzo que hizo por haber reconquistado su cetro junior ligero de la OMB.

Sin embargo, antes de salir a ver a su gente en el vecindario, Martínez recibió los saludos de su familia y, de forma especial, de su bebé recién nacida, de apenas dos semanas.

"Eso era lo más que me hacía falta. Estar con la bebé, que tenía dos días de nacida cuando me fui para la pelea, y con mi esposa (Jennifer) y mi hijo (Luis Antonio)", expresó el que ahora es el único monarca boricua desarrollado aquí.

Explicó que tras su llegada, la fiesta en el barrio Colombo, de donde es oriundo y donde cerraron la calle, se extendió hasta la medianoche, pero una vez llegó a su casa, arrulló en su pecho y tuvo en sus brazos a la recién nacida Sofía Valentina.

Y en vez de descansar luego del combate del sábado en el que recuperó la corona junior ligero de la Organización Mundial de Boxeo al vencer al mexicano Miguel Beltrán, hijo, Martínez se levantó temprano, estuvo con su familia y fue a tomarse un cafecito en el colmado localizado a la entrada de la urbanización El Rosario y, más tarde, fue al establecimiento Las Marques, donde dijo que hay mucho fanático suyo.

Para completar la mañana, llegó con su fajín hasta el gimnasio Willie de Jesús, de Dorado, para saludar a sus compañeros y pasar un rato con ellos.

Martínez (26-1-1 16 KO) recibió a El Nuevo Día en su hogar durante la tarde, cuando aún le restaban al menos cinco entrevistas con medios escritos, radiales y televisivos.

"Felicidades caballo. Oye... ¿y qué tenía el condena'o ese que no se quería caer?", le preguntó el vecino de la casa que queda a la derecha de la suya refiriéndose a la pelea del sábado, la cual el boricua ganó mediante decisión dividida.

A lo que el hijo del vecino...

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