¡Los odiados y los queridos!

Por Fernando Ribas Reyes

fribas@elnuevodia.com

Una vez, el controversial expelotero José Canseco dijo "Qué le voy a hacer, si soy una figura", como respuesta a sus tantos líos hechos públicos. De hecho, hay quienes quisieran ver muerto a Canseco.

Pero para llegar a ser una figura pública tiene que ocurrir una cadena de sucesos. Explicamos.

Primero, el deportista tiene que destacarse en su disciplina. Tito Trinidad y Javier Culson, por ejemplo, se destacaron en las suyas.

Segundo, si se destacan y la disciplina que hacen tiene arraigo en el país, seguro serán los destacados atletas en una atracción para los fanáticos y el pueblo en general. No hay duda del poder de convocatoria de José Juan Barea o Juanma López.

Tercero, si los atletas destacados son un imán para la fanaticada, ahí estarán los medios noticiosos para satisfacer a sus lectores, que también son fanáticos y público en general, con información de sus atletas favoritos.

Y entonces se habrá creado la figura pública que los expone al amor o al odio de sus seguidores.

Tan fuerte es esta cadena que ni Miguel Cotto ni Culson se han podido zafar de esta, por más que han intentado ser personas privadas.

Ahora bien, hay quienes manejan bien la...

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