La odisea de un gran sueño

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Pero más importante aún, es un filme con Leonardo DiCaprio en el rol titular bajo la dirección del australiano Baz Lurhmann, el hombre que hace dos décadas lo transformó en ídolo de la pantalla grande en una versión posmoderna de Romeo y Julieta. Lo único que le falta al afiche de publicidad es un sello dorado que diga "Hecho en Hollywood".

Sin embargo, una serie de charlas exclusivas con El Nuevo Día durante la rueda de prensa de esta producción de Warner Brothers revela que esta versión del filme sufrió más aflicciones que Fitzgerald cuando se mudó a Los Ángeles y fracasó en su intento de ganar fama como guionista.

Para los productores Douglas Wick y Lucy Fisher, este estreno es la culminación de siete años de sacrificios y un maratón de noticias negativas. Para el director -conocido por la efervescencia épica de filmes como Strictly Ballroom y Moulin Rouge-, su fijación con Gatsby comenzó como un interludio romántico de uno de sus filmes.

Baz Lurhmann (director) - Quedé bien exhausto de la experiencia de estrenar y promocionar Moulin Rouge. Así que decidí tomar unas vacaciones y viajar en tren desde París hasta China. Así que me encerré en mi cabina en el tren, me serví un poco de vino y me puse a escuchar un 'audio-book' de Gatsby. Dieron las 4:00 de la mañana y tuve que parar porque no había dormido nada.

Al día siguiente, lo que más anticipaba era volver a sentarme con otra botella de vino y escuchar el final de la historia. Después de esa experiencia maravillosa me di cuenta de que nunca había apreciado bien el libro. Tiene una estructura bien concisa y la prosa me resultó extremadamente cinemática. Así que inmediatamente pensé que me gustaría hacer una película de esta novela algún día.

Pero mientras el director soñaba con su próximo proyecto, los productores tuvieron que lidiar con una realidad mucho más tediosa.

Lucy Fisher (productora) - Hace como seis años nos pareció una buena idea tratar de obtener los derechos de la novela y pensamos que iba a ser un proceso bastante fácil. Pero estábamos equivocados, hubo que seguir una larga lista de contratos previos. La familia de Fitzgerald ya no tenía potestad sobre los derechos de la novela. El derecho había sido negociado entre varios estudios, compañías de producción y la última entidad que los tenía era AyE Entertainment. Ellos se encargan de generar contenido para su canal de televisión, habían hecho una versión para el mismo y habían retenido los derechos.

Pensamos que iban a estar contentos de que nosotros quisiéramos obtener los derechos y que estuviéramos dispuestos a pagar una gran cantidad de dinero por ellos para hacer una versión del libro para la pantalla grande. Pero por alguna razón, o por avaricia, no quisieron llegar a un acuerdo. El proceso de la negociación final tomó dos años. En ese momento nuestra compañía estaba afiliada a Sony y tuvimos que usar todas las influencias del estudio para poder conseguirlos.

El resultado final de...

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