'De oído' la predicción de sus manchas

Por Wilson González Espada

Especial El Nuevo Día

Uno de los juegos preferidos de la infancia de antes era la "gallinita ciega". Como muchos saben la idea del juego es encontrar al resto de los jugadores mientras uno tiene los ojos vendados. El truco del jugador "ciego" es escuchar cuidadosamente los sonidos de la respiración, una risa, o el roce de un zapato con el suelo.

Nuestro sistema auditivo nos permite detectar con bastante precisión desde dónde se inicia un sonido, incluso si alguien está escondido detrás de un sofá, bajo una cama, o detrás de una cortina.

Mientras que nuestro cerebro analiza casi inmediatamente características como la frecuencia y la amplitud de vibración del sonido, a los científicos les ha tomado décadas diseñar y perfeccionar aparatos electrónicos capaces de oír y analizar ondas sonoras, en particular de frecuencias muy altas o muy bajas, ambas inaudibles para el ser humano.

Un candidato perfecto para ser estudiado con este tipo de aparato es el Sol. Como no podemos acercarnos mucho sin quedar como lechón a la varita, es a través de las vibraciones de ondas de luz y ondas sonoras que podemos conocer mejor a nuestra estrella y podemos protegernos de sus peligrosas erupciones de partículas y radiación.

Una de las características más obvias de la superficie del Sol son las "manchas solares", unas pecas del diámetro de la Tierra (o de mayor tamaño). Desde el punto de vista de ondas de luz, las manchas son oscuras. Este es el resultado de una baja en la temperatura de la mancha solar (3,700 °C ó 6,700 °F) comparada con el resto de la superficie del Sol (5,500 °C ó 10,000 °F).

Para ver dónde están las manchas en el Sol, puede visitar esta página de Internet de la NASA: http://sohowww.nascom.nasa.gov/data/realtime/realtime-update.html.

Una consecuencia de la presencia de manchas solares es que pueden crear erupciones de electrones, iones, átomos, partículas y radiación que pueden llegar hasta la Tierra. Cada vez que una erupción de este tipo se dirige hacia la Tierra, los astronautas dentro de la Estación Espacial Internacional tienen que refugiarse en un cuarto protector para no ser afectados por la radiación.

Estas tormentas solares eran bastante inofensivas antes del siglo 19 ya que no habían sistemas electrónicos o eléctricos a gran escala. Actualmente dichas tormentas pueden interferir y dañar sistemas electrónicos modernos y sistemas de energía eléctrica, así como satélites de...

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