Los ojos penetrantes de la mente

RUT N. TELLADO DOMENECH

rtellado@elnuevodia.com

"La lectura siempre ha sido parte de mi vida", declara enfáticamente Carlos Guadalupe Correa. Por eso no sorprende que vaya cada semana a la Biblioteca Regional para Ciegos y Físicamente Impedidos de Puerto Rico, en Puerta de Tierra. Allí está jueves y viernes ayudando como voluntario a quienes, como él, carecen de vista.

"Ésta es mi segunda casa", afirma refiriéndose a la biblioteca, donde desde hace cinco años ayuda a rotular libros nuevos y a atender al público. "A los que llegan les doy ánimo. Hay que levantarles la estima porque se deprimen. Guadalupe no llegó ciego al mundo cuando nació hace 82 años, en Guayanilla. De hecho, lo que recuerda de su madre, quien murió cuando él tenía cinco años, son imágenes. "Mamá era rubia y bonita. Tenía la boca chiquita. Se la pintaba con 'lipstic' rojo cuando iba a la Telefónica a trabajar como operadora".

Luego pasó a vivir con una tía paterna hasta que, dos años después, volvió a residir con su padre cuando éste se casó de nuevo. Esta nueva etapa vino acompañada del nacimiento de su hermano Renaldo y de su introducción a uno de sus pasatiempos favoritos.

"En ese tiempo, un hermano de mi madrastra me metió a la filatelia. Como hay sellos de tantos países, uno aprende mucho de geografía", afirma. Entre sus favoritos están los de Alemania, que datan de antes de la caída del Muro de Berlín. "Todavía conservo muchos".

Como su padre era trasladado con frecuencia por ser policía, Guadalupe residió en varios pueblos de la zona sur hasta que la familia se mudó a Villa Palmeras en 1945. Ese año se graduó de la Central High School, en Santurce, e inició un bachillerato en ciencias en la Universidad de Puerto Rico. Durante la huelga de 1948 optó por dejar los estudios e irse a recibir y despachar carga en los muelles de San Juan.

En aquella época, al visitar a unos parientes en Puerta de Tierra se enamoró de su prima Margarita, a quien hacía años no veía y con quien ya lleva 55 años de matrimonio. "¡Y los que nos faltan!", exclama. "Acuérdate de que yo pienso llegar a los 100 años".

Para poder adquirir la casa en la que aún residen en Reparto Metropolitano tuvieron que contraer nupcias civiles, pues Guadalupe explica que se le daba prioridad a los compradores casados. Sin embargo, no iniciaron su vida juntos hasta el año siguiente, cuando se casaron por la Iglesia Católica.

Aunque la miopía lo obligaba a utilizar espejuelos desde los 13 años, fue después de los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR